Una vez, el presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el congresista de Massachusetts Thomas O’Neill, invitó a almorzar a un grupo de grandes estrellas del béisbol. Uno de ellos, Warren Spann, se puso de pie y dijo: “señor orador El béisbol es un juego de fracaso. Incluso los mejores bateadores fallan alrededor del 65% del tiempo. sus dos lanzadores Salón de la Fama Que estemos aquí hoy, yo y Bob Gibson, quien jugó para Orient en Venezuela, hemos perdido más partidos que los que un equipo ha jugado en una temporada completa. Solo espero que tenga más éxito que sus compañeros miembros del Congreso. tenemos jugadoresPara quien no lo sepa, Spann (1921-2003) es considerado el mejor lanzador zurdo de la historia del béisbol, con 363 triunfos y 245 derrotas, 2,583 ponches; Promedio de carreras ganadas de por vida de 3.09 y WHIP de 1.19. Ha lanzado más de 5 mil entradas. grandes ligas Hasta 44 años. Así comienza George Will, su clásico Hombres en Work Publicado en 1990. A la afirmación de que esto no es una cuestión retórica de esperanza y zurdismo, el ensayista político que también sabe y escribe sobre béisbol, que no necesariamente mezcla tan bien como otros temas, responde que no lo es y que los parlamentarios saben él. No hay bateadores de .400 en Washington. El comentario es válido allí y en cualquier lugar, ya que los políticos y los gobernantes no tienen que enfrentarse a la medición objetiva diaria de su desempeño en el pizarrón.
Como el béisbol, la política es un juego de fracaso. Los que quieren aprender y los que no pueden evitarlo aprenden fracasando, así como hay otros que, como decía el francés de Borbón, “aprenden a no olvidar”. Los que sabemos de aprender no somos buenos o no lo hacemos, aunque seamos justos, lo de la memoria y el olvido, más que negar, son bastante selectivos.
Con motivo de una reciente invitación a San Felipe y un ensayo que escribo para Sesenta y cinco años del Tratado de Puntofizo Mientras lo evaluaba puramente, releí algunos estándares educativos. Un fracaso en la historia venezolana. Como los esfuerzos de democratización de la primera mitad del siglo XX. El reformista y revolucionario de López y Medina del trienio 1945-48. Hubo otros en el siglo XIX, en particular “Fusión política”La Revolución de marzo de 1858 dio como resultado que el Gobierno Provisional de “Unidad Nacional” fuera conservador rojo y liberal amarillo. Nuestra historia es más de exclusividad que de diálogo, de desencuentro que de encuentro.
Los líderes de 1958 aprendieron de los errores de los demás y de los propios, porque los errores fueron el sectarismo, las guerras con cuchillos y las brechas cada vez mayores. Un país con un pasado más antipolítico que político Entre las intenciones y la práctica democrática.
Eso es lo que dicen los expertos. Tienes que aprender a aprender. Siempre ha sido válido, me parece, pero esta vez y la siguiente, por la cantidad y calidad de los cambios, así como por la rapidez con que se dan, la presión es mucho mayor.
Nunca es demasiado tarde para aprender, incluso para aprender a aprender. Excepto cuando es demasiado tarde. Y el aprendizaje será válido para otros.
Ramón Guillermo Aveledo