– La Prensa – Venezuela –
“¡Qué dulce es entrar en el sueño insomne de la muerte ante las oraciones del Hijo!
la roca
Hay días de alegría infinita, hay días de gran desesperación y tristeza, hay días donde la misma tristeza nos hace sonreír. Más que vivir y respirar, Es un ejercicio contra la desgracia, es una fiesta, es lo que somos sin rostro, es un agradecimiento perenne a Dios, es un frenesí de vivir. Los momentos de alegría son cortos y las cimas de gloria son limitadas.
Todos nosotros acabaremos en una tumba o en un cofre de cenizas al final del viaje de la existencia. Para saber cuanto duele hay que estar triste Cuando los seres queridos nos dejan. Cuando nos enfrentamos a la realidad donde esto o aquello ya no existirá, reclamamos el cielo cuya única respuesta es un silencio silencioso donde sólo podemos escuchar el susurro del viento entre los árboles. Una campana lejana, escucha la oración por él, la oración que se expande como un cáliz abierto lleno de consuelo, cuando los recuerdos en lo profundo del corazón pasan de campos de flores a campos de dolor.
hortensiaTu destino es estar aquí, ser hija, ser hermana, ser esposa, ser madre, ser abuela, ser tía… De ti aprendemos que son las cosas simples donde la existencia tiene significado real, donde se comparte el mismo amanecer y atardecer, el miedo, se aprende a coleccionar emociones, vientos y tormentas ocasionales; Hemos aprendido que la fe trae consuelo en el sufrimiento, porque uno cree en lo que le da consuelo y paz.
Nosotros que te amamos de corazón no negaremos las urnas en nuestra mesa. La belleza de la rosa, no insistiremos en el dolor, no nos detendremos en el olvido, por muy duro que sea el viaje sin ti, no nos vestiremos a oscuras, seguiremos adelante, sanaremos nuestras heridas, seguro que el Dios de la vida nos permita seguir el camino y los tiempos y seguiremos adelante. Caminaremos de la mano del tiempo, una visión misteriosa que nos impulsa a abrazar a nuestros familiares y amigos, tiempo que nos obliga a afrontar nuestras batallas diarias. El poder de la vida nos une a la tierra y a experimentar el dolor del dolor, con la esperanza mantenida en ese tiempo que nos elevará cuando ya no estemos aquí e inmortalizará nuestra memoria.
Cuando nuestros seres queridos sueltan sus anclas y se van para siempre, nos dejan un enorme vacío que sólo los recuerdos pueden llenar. Cuando la madre nos deja, muere por el mundo, no por el niño. Más que sus huellas, estarán los latidos de su corazón, de sus manos que tanto han hecho y bendecido, de esa buena voluntad y espíritu que no conoció ociosidad en él, Tu amor siempre esta presenteSu voz está llena de entusiasmo y su ejemplo es inigualable.
Hortensia: Gracias por ser la hermana paciente, compasiva y atenta que nunca fue sacudida de su paz y armonía por la agitación familiar, una hermana que simplemente no lo sabía. Dale tu amor a todos con la mano llena..
Descansa en paz querida Hortensia.
Amanda Niño P.
– La Prensa – Venezuela –