– La Prensa – Venezuela –
Todos viven en uno La odisea Cada día a su manera. Leemos, meditamos, escuchamos música, miramos la televisión, escribimos, rezamos, nos dedicamos a la reflexión o análisis diario del mundo y de lo que sucede cada día frente a nuestra ventana.
¿Qué veo fuera de mi ventana?
De noche un cielo lleno de estrellas errantes y de una brisa generosa, de día un sol travieso y una aurora, salpicada de clamores y oraciones llorosas. Todo viene y pasa, La vida es una antorcha que Dios sigue encendida.El Buen Padre que nos inspira con apasionados cantos de amor a dúo…
¿Qué veo fuera de mi ventana?
Los caminos de extraños que se pierden al doblar la esquina, Algunos peatones me parecen vida que llora, Corazones cargados de aburrimiento, Almas donde su discurso ruge deprimente. me siento ahí Todo queda desterrado a la indiferencia. Los que pasan y hasta en el dolor de las nubes… Las horas continúan su correr y con ellas el corto paso de las vidas de los animales que van y vienen, jóvenes y viejos hambrientos cuyos huesos y sus huesos también tiemblan. Las bisagras están oxidadas por el tiempo. Aunque nadie duda ni se maravilla de la energía juvenil, deben saber que fluye y refluye…
¿Qué veo fuera de mi ventana?
En las casas y edificios, la familia cuyos ojos se duermen temprano en la mañana. El sueño se escapaJardines donde crecen rosas y cantan los pájaros, árboles que esperan la lluvia y los pasos resuenan con la voz vacilante del viento.
se pone oscuro fuera de mi ventana Ya no verás peatones, uno a uno van pasando a medida que pasa el día de verano, esperando la lluvia, el buen despertar o el canto de las cigarras. Todo se repite, el sonido regresa hasta que cae la noche, disfrutando del silencio que pronto muere cuando un nuevo día regresa en el ala de un pájaro. Peatones que cobijan el futuro, corazones impenetrables, pobres que piensan sólo en cosas por las que vivir, llamas que arden fuertes y apresuradas, animales que no tienen tiempo de hablar con sus hijos ni de sentarse a la mesa, y pasar junto a mi ventana un flor mira…
Sigo aquí en la rutina de mirar por la ventana, sentirse parte de este mundo extraño, soportar ojos que no ven más que sus sueños, conocer la nostalgia, la incertidumbre de los demás, sus rostros. Todavía recibo el día aquí a través de mi ventana, doy la bienvenida a la noche y tiro mis pensamientos, mis ideas y mis sueños al viento, como un río sigo el curso de mis años aquí, unido a los rizos y resortes de mi propia vida, ¡mío! ¡Nada!
Amanda Niño P.
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