– La Prensa – Venezuela –
En la lastimera majestad de la tumba Donde reina el silencio y prevalece el dolor, Descansen sus restos. José Domingo Cadevila Quien el pasado jueves 19 de septiembre de 2024 entregó su alma al Divino Creador como estaba escrito en letras de oro sobre pan de oro. libro de la vida Ese día le tocó a Domingo José Cadevila rendir sus últimos respetos, terminando su corta estancia en este mundo terrenal y entrando en la soledad del sepulcro, desde donde inició su peregrinación por el luminoso camino del cielo al encuentro de nuestra adoración. padre celestial Parece increíble que José Domingo Cadevila se adelantara a hacer ese viaje sin regresar al más allá, pero era la voluntad de Dios. Así como amainó la ola de incienso sobre el altar, así partió de esta vida el alma de José Domingo Cadevila, dejando un recuerdo imborrable en la mente de quienes tuvieron el honor, la alegría y el privilegio de conocerlo y tratar con él porque hizo de la amistad su apóstol.
Estaba José Domingo Cadevila. Un hombre de grandes cualidades morales y espirituales.Un creyente sincero y reverente de nuestro adorable y divino Dios. Toda la familia Cadevila se ha resignado a honrar la voluntad divina de Dios porque no hay por qué llorar ni estar triste porque la muerte no es el final del camino sino el final de una etapa de la vida. Que grande es la felicidad de José Domingo Cadevila, a quien Dios sacó de este “Valle de las Lágrimas” al cielo, un hermoso y hermoso lugar donde nunca pasan los años y la enfermedad no existe porque es uno donde solo hay paz, alegría y felicidad.
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Como deportista, José Domingo Cadevila fue un excelente y destacado boxeador “peso gallo”, quien en la década de 1960 participó en grandes y emocionantes combates en el ring de Las Arenas y en el antiguo Estadio Olímpico de Barquisimeto, hoy en el Estadio “Chino”. . Canónico. Podría escribir una biografía completa de mi amigo José Domingo Cadevila, basada en testimonios reales. cual fue su vida. Estoy muy agradecido con José Domingo Cadevila porque me ayudó mucho cuando era estudiante de secundaria en el Liceo “Mario Brisno Iragori”. Finalmente todos recordaremos a José Domingo Cadevila con la esperanza de que algún día nos encontraremos y nos reuniremos nuevamente con él cuando venga la resurrección gloriosa que Dios nos prometió y está escrita en la Biblia (Lucas 20:36, 37, 38). Oremos y pidamos a nuestro adorable Dios que premie a José Domingo Cadevila con la divina gracia de la paz y el descanso eterno. Amén.
Ali Ramón Delgado
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