La frase “a falta de pan, los pasteles son buenos” se atribuye a María Antonieta, supuestamente pronunciada por ella en medio de las protestas por la hambruna que azotó a Francia durante el reinado de su esposo, el rey Luis XVI. Pues bien, ante la insólita presencia del sancionado funcionario del dictador Nicolás Maduro en la cumbre CELAC-UE en Bruselas, a donde llegó sin mucho equipaje, nos hablan de una inquieta María Antonieta exclamando “a falta de maleta, buenos besos”. Eso pensaría el vocero más cínico del madurismo cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sintió los besitos estampados en su mejilla, al enterarse nuevamente del inesperado visitante que dio pie al infame escándalo de las “misteriosas 40 maletas” que llegó al aeropuerto en enero de 2020.
Escenas desbordantes de cordialidad y mensajes cargados de cinismo de algunos altos funcionarios fueron las notas clave del encuentro, que se buscó de buena fe acercar la Unión Europea a los países de América Latina y el Caribe. En medio de esa cumbre se abrió un paréntesis para que las conversaciones sobre tamales, tequilas y mariachis mexicanos pasaran a chocolate, cerveza artesanal y flamencos belgas. Así, armada con los tres presidentes asociados al Foro de Sao Paulo, el brasileño Lula da Silva, el argentino Alberto Fernández y el colombiano Gustavo Petro, la funcionaria madurista Delci Rodríguez se hizo oír, hablando con sorprendente frialdad de que “no pasó nada a la altura de Venezer”. Regímenes que pronuncian estas palabras en tonos muy suaves asisten a estas reuniones, dialogan y hablan de paz, mientras en sus respectivos países desahogan la furia represiva que cultivan para controlar las instituciones públicas y subyugar a los ciudadanos.
El funcionario de Maduro declinó comentar sobre el más reciente informe publicado por Insight Crime, que señala que “desde el primer gobierno del difunto presidente Hugo Chávez, Venezuela inició un proceso para convertirse en lo que es hoy: un estado criminal híbrido, donde las autoridades cogobiernan con grupos armados para mantener el control social sobre la población y contrarrestar las amenazas económicas a Venezuela”. En la investigación concluyeron que “Venezuela es un estado que combina la gobernabilidad con el crimen, y donde trabajan grupos armados ilegales al servicio del estado, mientras se crean redes criminales”.
Con un gesto sarcástico, el funcionario omitió que en Venezuela pasan cosas muy sutiles, como violaciones a los derechos humanos cometidas por los llamados colectivos, una alternativa a los círculos bolivarianos, que en un principio promovían organizaciones políticas y ondeaban banderas ideológicas, pero luego se convirtieron en comandos con entrenamiento militar, armados e involucrados en el narcotráfico, el lavado de dinero y la corrupción. Absorción mineral normal. El informe de InsightCrime señala que “Chávez también contactó y estableció relaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como con el grupo guerrillero venezolano denominado Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), con el fin de obtener protección adicional que pudiera mantenerlo en el poder”.
Estas prácticas que se dan en Venezuela vienen de Cuba, como las describió para este trabajo el dramaturgo cubano Unior García, quien me hizo el siguiente relato: Los grupos paramilitares que salen a golpear a los manifestantes tienen entrenamiento militar o son parte de las fuerzas armadas activas pero visten ropa de civil para que parezcan parte de la población enfurecida y revolucionaria. Sin embargo, se mueven en formación militar, ejercen moderación y, aunque no visten uniforme, se los reconoce por la ropa que visten: generalmente suéteres a rayas y jeans.
En 1960, Fidel Castro creó los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organizaciones barriales, distribuidas por todo el territorio nacional, con el objetivo de vigilar, denunciar y reprimir cualquier expresión o acción de los considerados “desafectos” por el gobierno, incluidos creyentes y homosexuales. Durante el éxodo del Mariel (1980), se formaron y perfeccionaron brigadas de reacción rápida, encargadas de realizar “actos de negación”, donde insultaban, arrojaban huevos, escupían y golpeaban a quienes decidían emigrar. En 1994 el régimen armó con barras de acero a los contingentes de Blas Roca (brigadas de constructores), para enfrentar las protestas callejeras. Cada lugar de trabajo, escuela, hospital o institución gubernamental tiene un área obligatoria equipada con palos y barras de acero que pueden usarse para sofocar las protestas. Durante el estallido social de julio de 2021, siguiendo la orden de guerra de Díaz-Canel, el gobierno movilizó a todos sus paramilitares para contrarrestar violentamente a los manifestantes. Tratándose de mujeres, además de las pertenecientes a las Fuerzas Armadas y al Ministerio del Interior, que se encuentren cumpliendo penas de prisión y que puedan recibir algún tipo de beneficio; Para quienes tienen trabajos con ciertos beneficios económicos y para integrantes de organizaciones políticas y de masas como la Federación de Mujeres Cubanas.
Para escribir este artículo, también consulté al exiliado boliviano Mateo Rosales, para quien “Los grupos de choque bolivianos responden al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS). Son grupos que operan de manera reactiva y poco organizada, ya que se despliegan en momentos específicos como manifestaciones civiles, mítines, planes de choque del gobierno o campañas políticas. No son movimientos estructurados, como puede suceder en otros casos de gobiernos autoritarios en la región. opositores políticos y civiles, y como grupos para intimidar a los ciudadanos. En algunos casos estos grupos han trabajado en coordinación con la policía nacional o las fuerzas armadas”.
Manuel Morales, representante del Comité Nacional para la Defensa de la Democracia (CONADE) denunció que “Resistencia Hydra, Columna Sur, Los Jichis, Interculturalos, Guerreros Azules, Villa Luchus, Satukos, militares y funcionarios del gobierno infiltrados en la policía son 10 grupos de choque contra el grupo de choque M02 para detener al gobierno. ahora actúen como autoorganizadores y trabajen con la ayuda del estado y la policía”.
En Nicaragua, los grupos armados “parapoliciales” del régimen de Ortega-Murillo hicieron sentir su presencia en 2008, atacando a los opositores que denunciaron un flagrante fraude en las elecciones municipales de noviembre de ese año. Este es el testimonio de Alfredo César, disidente nicaragüense, quien recordó que “después del levantamiento nacional de abril de 2018, se armaron fuertemente y como fuerza ‘parapolicial’ de apoyo a la estructura de gobierno de la Policía Nacional, para atacar a estudiantes y ciudadanos desarmados que participaban en protestas pacíficas y también en ciudades, donde se atrincheraron. Mataron a más de 350 ciudadanos en el operativo ‘limpieza’, la mayoría jóvenes estudiantes. transportan diez parapoliciales vestidos con camisetas del FSLN y armados con fusiles AK-47, lanzagranadas y rifles de francotirador Dragonov. Tienen un estimado de 3.000 miembros, entre ex militares retirados y delincuentes reclutados, con buenos salarios. La CIDH ha condenado su existencia e instado al gobierno a desarmarlos. Represión, secuestros y ejecuciones extrajudiciales. Siempre están trabajando en coordinación con la Policía Nacional en su trabajo”.
Estos son los verdaderos rostros de los regímenes cuyos líderes se mueven por el mundo con la mayor impunidad, dejando a millones de espectadores preguntándose: ¿hasta cuándo seguirán con este juego y respetarán a los violadores de derechos humanos?
@alcaldeledezma