en el cual último tiempo El tema de la novela es la literatura misma y el hecho de que no sea un aburrimiento intelectual es una sorpresa inesperada; Pero aparte de esto, el personaje principal es un crítico literario envuelto en el manto de un investigador privado que raya en la extrema originalidad o la extrema rareza.
Los críticos literarios no son personajes de ficción en este mundo sino que deben ser insultados por los autores de esas novelas. Al fin y al cabo, forman un rebaño que vive ansiosamente de lo que escriben los demás. Los literatos indignados no carecen de razón cuando reaccionan con desdén ante la opinión que denigra su obra de que la crítica literaria perfecta sería escribir un texto de mayor valor estético que el texto propuesto por el crítico.
En La última vez, el argentino Guillermo Martínez invierte algunos de estos estereotipos y elige como protagonista de su novela a un joven y brillante crítico literario, admirado y temido por quienes al mismo tiempo anhelan y temen esa perspectiva. Young para abordar su obra, porque “lo destacable de Merton -así se llama el joven crítico- es que siempre decía la verdad absoluta, la verdad sin adornos”.
El antagonista de Merton es un escritor moribundo que viola los lugares comunes sobre la crítica y la crítica, anhelando que el lector diligente no sólo se preocupe por su trabajo, sino que sea capaz de descubrir, en su opinión, lo que nadie más ha descubierto. Hasta aquí sin miedo al simbolismo, Guillermo Martínez nombra a este personaje con una económica, pero sugerente letra A.
La novela apoya fácilmente la lectura desde el punto de vista que más interesa al lector. Tocada con los elementos de una novela policíaca, aunque no hay crimen, pero sí misterios – como dijo el propio autor en una entrevista – la historia se presta bien a acontecimientos en busca de una solución al misterio, de ahí la característica del crimen. novelas para lectores.
En este caso, la policía parece haber realizado dos investigaciones paralelas: la primera se refería a la no revelación de supuestos misterios en la obra de A; El segundo cae en la confusión de la profesión literaria como zona de orgullo, competencia e incluso patología.
El lector también puede centrarse en las sensuales desventuras del atareado crítico, que demuestra a lo largo del texto que tiene tiempo de sobra para ocuparse simultáneamente de las instituciones literarias y de los cuerpos que le rodean.
Por lo que a mí respecta, prefiero seguir el tipo de repaso al mundo de la creación literaria que aparece en cada página de La última vez, y no es menos irónico. Los egos hipertrofiados e inseguros de los escritores desfilan por sus páginas; el papel decisivo, aunque no siempre claro, de los agentes literarios; y la mano oculta de la industria editorial que, además de determinar qué se publica y qué no, impone reglas, temas y condiciones a los autores.
La presencia más llamativa en este panorama es la apenas escondida Carmen Barcelles. En palabras del propio narrador: “El glorioso agente literario (…) magnífico en extravagancia y soberbia que revolucionó el panorama literario español a su antojo”.
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Martínez se burla de la forma en que muchos otros escritores y muchos lectores tienden a pensar sobre el mundo literario; Llamamos literatura a la actualización de la vieja pregunta sobre la esencia de aquello en movimiento. Tan conmovedor que incita al narrador a decir, por ejemplo: “Lee, fatal, un malentendido: cada uno encuentra lo que quiere”.
El mayor mérito de Guillermo Martínez último tiempo Quizás haya logrado dar un carácter aventurero a temas y personajes que, aunque aparecen en otros escritores, generalmente son tratados con una ventaja intelectual que los mantiene fuera del alcance del lector general.
Martínez, por otro lado, convierte estos temas en un bloque narrativo fluido y entretenido que desafía fuertemente la proposición de que “estar entretenido, como sabes, es algo que puede sacar de quicio a cualquier crítico, en el sentido más literal”. al final se puede hacer libgen.es
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Cosimo Mandrillo: Escritor, Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de IowaMagíster en Literatura Latinoamericana y profesor emérito de la Universidad Julia. Recibió el Premio Literario Regional Jesús Enrique Losada (2000). Asimismo, obtuvo el segundo lugar en el concurso Niños del Mercosur de la editorial Comunicarte (Argentina, 2007).
La Prensa – Venezuela / Cena