Sustituir la mitad de la carne y lácteos de origen animal de la dieta por frutas y verduras De aquí a 2050 esto tendrá un impacto muy positivo en el medio ambiente: las emisiones relacionadas con la producción de alimentos disminuirán un 31% a mediados de siglo y la demanda mundial de agua disminuirá un 10%.
Esta información ha surgido en un estudio realizado por Instituto Internacional de Sistemas Aplicados de Viena (IIASA)En colaboración con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se publica hoy en la revista científica Nature Communications.
Actualmente, la producción de alimentos supone entre el 25 y el 30% de las emisiones globales, y supone una buena parte de ellas. Uso de la tierra para la cría de ganado o la alimentación del ganado.
También puedes leer:
La Unión Europea ha solicitado información al regulador británico sobre la solución de Microsoft al acuerdo con Activision
Los autores del estudio trabajaron con diferentes escenarios de trasplante. Comer carne de res, cerdo y pollo., y desde productos lácteos hasta animales y vegetales. En sus modelos tuvieron en cuenta recetas vegetales que son nutricionalmente equivalentes a los productos de proteína animal por los que las sustituyen.
Las conclusiones sugieren un escenario de sustitución de las dietas de origen animal por dietas 50% de origen vegetal. Los efectos acumulativos del sistema alimentario se reducirán significativamente en el medio ambiente natural en 2050 en comparación con 2020.
Entre otras cosas, descubrieron que la superficie agrícola mundial disminuirá un 12% en 2050.2020 está relacionado– En lugar de crecimiento, que es la tendencia actual; Se detendrán los daños a los ecosistemas y la biodiversidad; que el uso mundial del agua disminuirá en un 10 por ciento (en comparación con 2020); Y Las emisiones asociadas a ese sistema alimentario se reducirán en un 31%.
Comer menos carne no sólo tendrá un impacto positivo en la reducción de las emisiones relacionadas con la crisis climática, sino también en la restauración de los ecosistemas, ya que puede ayudar a reforestar tierras que potencialmente han sido libres de actividad ganadera. Alcanzar el 25% de los objetivos globales de restauración ambiental para 2030.
“Si bien los cambios dietéticos analizados constituyen una herramienta muy poderosa para lograr los objetivos climáticos y de biodiversidad, Debe ir acompañado de políticas manufactureras específicas. Para desarrollar todo tu potencial. De lo contrario, se perderán sus beneficios”, advirtió en un comunicado Petr Havlik, director del Programa de Biodiversidad y Recursos Naturales del IIASA y coordinador del estudio.
La Prensa – Venezuela