La junta militar birmana emitió el primer boletín e informó que al menos 200 personas mataron y 730 víctimas heridas debido a la magnitud 7.7, lo que causó daños graves al centro del país, donde se ordenó el estado de emergencia.
El portavoz de la junta, Zao Min Tun, informó sobre estas estadísticas para mensajes móviles después de un llamado inusual para asistencia internacional para terremotos fuertes, causando los muertos y daños a la vecina Tailandia, donde también se informaron a las víctimas fatales.