Ejecución de Ramiro González Hoy ha pasado una semana y el silencio continúa en Houston. El hombre nacido en Texas fue condenado a inyección letal, a pesar de los esfuerzos de sus abogados por llevarlo ante la justicia.
Le pidieron al hombre que cumpliera al menos unos años más después de cometer el crimen en 2001 y lo liberaran. Pero el tribunal ya fijó la fecha de la pena de muerte y la condenó.
En aquel frío 2001, Gonzales ejecutó un siniestro plan para secuestrar a su novia vendiéndole drogas. Abusar de él además de dispararle y quitarle la vida. De allí fue investigado para el proceso donde quedó detenido.
Abandonó el cuerpo durante un año. Bridget Townsend, una joven de 18 años que murió a manos de Gonzales. Un año después, en 2002, le diría a la policía dónde había dejado al fallecido.
Además de la joven, fue condenado por otro caso de asesinato en Texas, por el que cumple dos cadenas perpetuas. El sujeto ha dicho en numerosas entrevistas que se arrepiente del caso.
Ejecución de Ramiro González
“No puedo expresar con palabras el dolor que les he causado, lo que les he quitado y no puedo devolverles. Espero que esta disculpa sea suficiente”, dijo a los familiares del fallecido antes de administrarle la inyección letal.
“Nunca dejé de orar para que me perdonaran y para que algún día tuviera la oportunidad de disculparme. “Los odio toda mi vida y espero que algún día me perdonen”, añadió, justo antes de que comenzara a fluir la dosis letal.
Ha habido silencio desde la semana pasada, nadie se ha abierto en este caso. Gonzales fue uno de los reclusos que más habló con los demás. Uno de los que daban consejos por error.
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