– La Prensa – Venezuela –
Su abrumadora victoria Donald Trump Las recientes elecciones estadounidenses son sin duda un acontecimiento que marca un antes y un después en la política estadounidense y su influencia global. Lo primero que surge es la evidencia del voto para castigar. La administración de Joe Biden Y así, su candidata y vicepresidenta Kamala Harris: un proyecto de ley empañado por un sentimiento general de que la inflación y los problemas que preocupan a los ciudadanos comunes no sólo no se han resuelto, sino que han empeorado. Trump, con su regreso, promete la restauración de un Estado anterior, un Estados Unidos donde, según creen sus partidarios, la vida era menos costosa y la seguridad nacional más segura.
Sin embargo, lo que se esconde detrás de esta narrativa triunfante es mucho más complejo y, como todo triunfo, tiene riesgos. Más de 72 millones de votos y 292 colegios electorales (cifras que todavía estaban aumentando al momento de escribir este artículo) hablan de un segmento de la nación que vio a Trump recurrir a una promesa incumplida, una ilusión de estabilidad y solidez. La narrativa de Trump se basa en el control de la inflación y la inmigración estrictaY este es precisamente su punto más interesante. Pero al mismo tiempo, plantea una gran pregunta: ¿en qué medida esta narrativa es realista y en qué medida es producto de una campaña diseñada para apelar a las emociones de un electorado descontento?
Para los venezolanos, El regreso de Trump Esto implica otro compromiso, o quizás un préstamo pendiente de su primera administración. La presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, aunque contaba con un apoyo significativo en ese momento, disminuyó a medida que el mundo luchaba contra la pandemia. Y, de hecho, es una oscura ironía que un virus haya permitido sobrevivir a un régimen al borde de la asfixia. Trump, en esta segunda oportunidad, tendrá ante sí la posibilidad de resolver el “problema de Venezuela”, objetivo que, según muchos, le permitirá ganar más apoyo entre los latinos en Estados Unidos. Pero aquí hay otra paradoja: el mayor obstáculo de Trump no es Venezuela, sino su propia administración y la imprevisibilidad que la caracteriza.
Es posible que la estrategia de esta segunda administración incluya palos y zanahorias, primero la fórmula de prometer beneficios al régimen venezolano y luego, si no llegan resultados, la implementación de medidas más estrictas. La diplomacia de TrumpAunque le falta sutileza, ya se ha demostrado cómo esta fórmula puede resultar eficaz, pero también peligrosa. La historia nos muestra que los gestos de presión en la política internacional no siempre producen el efecto deseado; Si Trump decide utilizar sus tácticas de fuerza bruta, Venezuela podría responder de maneras igualmente impredecibles, aferrándose más estrechamente a sus aliados o reforzando su retórica antiestadounidense.
Después de todo, el regreso de Trump podría ser la historia de una oportunidad para resolver asuntos pendientes. Pero también podría ser el comienzo de una política exterior que abandone la moderación y el análisis cuidadoso por una estrategia impulsiva y directa, que, sin darse cuenta, desencadena efectos contrarios a los deseados. La crisis de los misiles de 1962 nos recuerda, en 1962 Política internacionalEsa decisión impulsiva puede conducir al desastre. En última instancia, este nuevo capítulo puede no ser el principio del fin para Maduro, sino más bien el comienzo de un conflicto más complejo para el cual las promesas de campaña, tan atractivas por su simplicidad, no tendrán respuestas o soluciones tan inmediatas o efectivas. .
su primer capitulo Segunda temporada de TrumpLo cual, como era de esperar, es sólo el comienzo. Llegará el amanecer y veremos.
Eduardo Rodríguez
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