– La Prensa – Venezuela –
Cada día es más seguro que no hay mejor lugar para aprender y desarrollar valores y principios que un hogar estable. Esta es la experiencia que llevo conmigo como un maravilloso pasaje a mi experiencia familiar, especialmente con mi abuelo, Adelaida Ayala de Capriles, de quien aprendí a servir a los demás, trabajo que realizó desinteresadamente, con entusiasmo y dedicación que rayaba en la pasión. Estas fueron lecciones de mi inolvidable abuela, siempre dispuesta a resolver un problema para cualquiera que necesitara de su sabio consejo o apoyo.
Fue con esta inquietud que comencé a trabajar con Antonio Ledezma, como informé en una historia anterior. Para mí era más útil servir como regente de un Comité de Acción Social, oficialmente a cargo del Comité de Mujeres o de la Alcaldía de Caracas, dependiendo de cada situación. Antonio no dudó en apoyar mi visión en ese sentido y nos animó en la idea de trabajar para cuidar a niños en situación de calle o ayudar a personas que viven como personas sin hogar de forma planificada y continua. Calles públicas de la ciudad.
Por eso cuando confirmo que hay instituciones dedicadas a servir a la sociedad, así nomás Fundación Tatiana, en España, hizo hincapié en la formación cívica de miles de jóvenes, con la premisa de que “no son importantes los propósitos, sino hacer cosas importantes, y nada es más importante que cambiar la vida de una sola persona, sobre todo si es joven”. Así resume su presidente Don Teodoro Sánchez-Ávila la misión de la Fundación Tatiana.
Pude conocer la agenda de trabajo de la Fundación Tatiana, en una conferencia con Antonio Ledezma donde fue invitado a participar como expositor, ante la cual cientos de jóvenes llevaron sus inquietudes. Los nuevos emprendedores del mundo. ¿Cómo surgió esta organización? En el testamento de doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, quien ordenó que todo su patrimonio familiar fuera donado a la fundación que lleva su nombre, dio paso a una década de fructífero trabajo. Fue una mujer que contó con el apoyo de su esposo Julio Peláez Avendaño, con la idea de que todo su patrimonio fuera administrado por fundaciones en beneficio de la sociedad. Doña Tatiana vivió siempre con prudencia y austeridad, demostrando su afectuoso amor a su patria, sentimiento demostrado en la vida real con su determinación de contribuir a la conservación y transmisión del patrimonio histórico y natural de España.
El balance presentado por la Junta Directiva de la Fundación es muy alentador. En diez años de funcionamiento, han podido establecer una clínica, un campus universitario, una residencia, viviendas protegidas por el gobierno, crearon más de 1.400 empleos directos y beneficiaron indirectamente a miles de pacientes, personas mayores dependientes, familias y jóvenes que estudian en el centro de investigación apoyado con becas para realizar y convertirse en agentes de programas específicos, a saber. Programa de Emprendimiento. ¡Le deseamos larga vida a esta institución para que miles de personas más puedan beneficiarse de tan encomiable misión!
Mitzi Capriles de Ledezma
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