– La Prensa – Venezuela –
“El carnaval del mundo engaña tanto que las vidas son breves mascaradas; “Aquí aprendemos a reír con lágrimas y a llorar de risa”.
Juan de Dios Peza
El camino rápido rodó por el cielo. La tarde enseña al viajero el lugar que ocupa la nostalgia, Ese puñado de recuerdos Poco a poco en la memoria dejan de ser lo que eran. En el mapa, los huecos están ocultos, cada paso puede terminar. El paisaje se mueve ante tus ojos, hay una flor, más allá un perro, un camino oscuro que da miedo. Miedos vanos a medida que avanza la vida, como miedos vanos, dudas y breves oraciones en las que nos embarcamos…
El silencio que rodea el prado, la niebla que se adormece sobre los árboles, la voz pesada y áspera del camino, las lágrimas, los ojos intempestivos, las manos vacías, el sonido de la guitarra nadie para traducir, nadie para descifrar la coquetería de la lluvia por la ventana, nadie para traducir cómo se hace la reconstrucción. deseo humano En el jardín del alma cómo se recupera la alegría y la risa, así como comprender el dolor de los niños y de los animales que duermen afuera como rosas marchitas, olvidados de la geografía de las calles.
A medida que el día del viajero se desvanece en la tarde, la luna llena aparece arriba plateando todo a su paso, la noche es silenciosa, los músculos duermen, la ambición trabaja. Al amanecer se enciende la lámpara, De donde otra vez los ojos del viento Despiertan el tren de la vida. Y así continúa Pasar el tiempo Un pálido reflejo de luz que deja atrás la oscuridad. Todo está secuestrado por el tiempo en cada giro y puerto.
La tierra está húmeda, el árbol da su fruto, las ramas crecen, mientras los deseos caen recuerdos Para el viajero, las ciudades envejecen, las casas al borde de los caminos silenciosas, secas, cansadas de vivir. A lo lejos el paisaje cambia, los caminos se curvan, el cielo se aplana mientras la melancolía golpea la soledad de las aguas profundas y tranquilas.
nunca aprendemos el viajero Que cada paso que damos en el camino de la vida significa ahora o nunca, nunca aprendemos que cada época tiene sus encantos. Como un rico tesoro se esconde en la mina, ahora en el niño, luego en la juventud o en la vejez, la vida siempre guarda ese oro precioso.
viaje a través Geografia mundial. Aquí no dan nada como dice la canción, todo tiene un precio alto y cuesta más mientras vivamos y antes de que nos golpeen los vientos de guerra, odio, enfermedad cuando tenemos que luchar y sufrir. Sumado a la pestilencia y la muerte, la opresión y los estragos del hambre que extinguen la vida…
Lector: Lee lo que está escrito mientras sigo caminando por este mundo. palabras perdidas En el umbral de mi canción…
Amanda Niño P.
– La Prensa – Venezuela –