“Debido a las inundaciones, hasta ahora han muerto 50 personas y decenas están desaparecidas”, afirmó el director de Información y Cultura de la provincia, Mawlawi Abdul Hai Zaim.
La fuente añadió que más de 6.000 casas resultaron dañadas en la región, de las cuales 2.000 quedaron completamente destruidas, y algunas carreteras importantes se vieron obligadas a cerrar debido a las inundaciones repentinas.
Abdul Waheed Hamas, portavoz de la provincia afectada, dijo al medio de comunicación afgano Tolo News que las autoridades estaban haciendo todo lo posible para rescatar a las víctimas de los escombros. Hamás dijo que alrededor de 1.000 cabezas de ganado y cientos de hectáreas de tierras agrícolas fueron destruidas en toda la provincia.
Ghor fue una de las zonas afectadas por las graves inundaciones que azotaron varias provincias de Afganistán la semana pasada, matando a 352 personas en todo el país, según datos del Ministerio de Refugiados.
A esto se suman 1.630 heridos y cerca de 9.000 viviendas total o parcialmente destruidas.
El desastre obligó a miles de personas a vivir en tiendas de campaña, mientras dependían de los suministros enviados como alimentos, agua potable o medicinas. Jaime dijo que el acceso al agua potable era el problema más crítico, ya que los pozos de agua quedaron cubiertos por el lodo de las inundaciones.
Afganistán es uno de los 10 países más vulnerables al cambio climático, incluidas condiciones extremas, inundaciones, sequías y tormentas de arena y polvo. A esto se suma el país devastado por décadas de conflicto armado y ahora bajo control de los talibanes.