Según el informe del Banco Mundial, mejorar la competitividad puede ayudar a superar barreras persistentes
América Latina y el Caribe han llegado a una coyuntura crítica. Si bien en las últimas décadas se han logrado avances significativos en materia de estabilidad económica, el crecimiento se ha estancado, lo que socava el progreso. Se necesitan medidas urgentes para revertir el rumbo. En un nuevo informe, “Competencia: ¿el ingrediente que falta para el crecimiento?El Banco Mundial destaca áreas potenciales de acción y enfatiza que el funcionamiento de las políticas e instituciones de competencia es clave para cualquier estrategia eficaz.
El Banco Mundial pronostica que el PIB regional crecerá un 1,6 por ciento en 2024. Se espera un crecimiento del PIB de 2,7 y 2,6 para 2025 y 2026. Es la tasa más baja en comparación con otras regiones del mundo e insuficiente para un crecimiento en prosperidad. Muchos hogares se encuentran bajo presión a medida que las transferencias sociales están disminuyendo y los salarios aún no se han recuperado a los niveles previos a la pandemia.
Los bajos niveles de crecimiento de manera sostenible no son sólo estadísticas económicas sino obstáculos al desarrollo. Esto se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando la economía se estanca, las perspectivas de su gente son limitadas. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper este ciclo“, dicho Carlos Felipe Jaramillo es vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Los factores detrás de estas cifras incluyen bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés y elevado déficit fiscal, la caída de los precios de las materias primas y la incertidumbre sobre las perspectivas de socios clave como Estados Unidos, China, Europa y otros países del G7. Una situación global adversa, caracterizada por tensiones geopolíticas, interrupciones en el transporte a través del Canal de Suez y El Niño, podría dañar aún más las perspectivas regionales.
La inflación bien administrada ha sido positiva en la región, lo que refleja décadas de duras reformas macroeconómicas. Excluyendo a Argentina y Venezuela, la inflación regional se situó en el 3,5%, frente al 5,7% en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). En la mayoría de los países, las expectativas de inflación siguen ancladas y se espera que los bancos centrales cumplan sus objetivos en 2024. Para capitalizar este progreso y revitalizar la economía, la región debe abordar desafíos crónicos. Las reformas en infraestructura, educación y comercio son esenciales para mejorar la productividad y la integración en el mundo.
“El crecimiento en la región está volviendo a los niveles de 2010 a medida que disminuye el impacto de la pandemia Esto demuestra que la región no ha resuelto los problemas persistentes que obstaculizan su potencial, incluidos los bajos niveles de educación, la infraestructura deficiente y los altos costos de inversión, que también alimentan la situación social. disgusto“, dicho William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Una agenda impulsada por el crecimiento aborda seriamente estas brechas. De lo contrario, la región se estancará y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades como la reubicación industrial o la economía baja en carbono. La mejora del sistema de competencia debería ser parte de estas estrategias, lo que beneficiará a los consumidores y las empresas.“
Una buena política de competencia como motor de crecimiento
Promover la competencia es esencial para reactivar la economía y restaurar la confianza de los inversores. Cuando la competencia está respaldada por políticas, instituciones y estructuras sólidas, se alienta a las empresas a innovar, ser más eficientes y ofrecer avances tecnológicos. Los precios más bajos y la variedad de opciones benefician a los consumidores. Este es un asunto urgente. La región tiene bajos niveles de competencia, lo que socava la innovación y la productividad. Los consumidores también sufren al enfrentar costos más altos en comparación con el resto del mundo.
El informe analiza las razones detrás de este escenario. El panorama empresarial es un marcado contraste entre unas pocas grandes empresas que están concentradas y dominan el mercado y numerosas empresas más pequeñas. El 70% de los trabajadores son autónomos o trabajan en empresas de menos de 10 empleados, en su mayoría dedicadas a actividades menos productivas.
Además, aunque muchos países de la región cuentan con agencias y leyes de competencia, su aplicación es débil porque muchas agencias carecen de financiamiento o personal suficiente. Las empresas poderosas a menudo influyen en las políticas gubernamentales, reduciendo la eficacia de las leyes de competencia.
Todo esto crea un ciclo en el que un puñado de grandes empresas dominan y dominan el mercado y tienen pocos incentivos para innovar. Con menos incentivos para sobresalir, las empresas improductivas permanecen en el negocio y no están preparadas para competir, lo que sofoca su potencial de crecimiento.
Al explorar nuevas formas de reactivar el crecimiento, los países deben evitar la tentación de limitar la competencia, lo que podría perpetuar el ciclo actual de baja productividad y crecimiento. Para modificar la estructura de competencia y mejorar la posición de los países de la región en los mercados globales, el informe sugiere áreas clave de acción, que incluyen:
- Fortalecer las organizaciones de competencia. El informe contiene nueva evidencia de que las agencias nacionales de competencia efectivas tienen un impacto positivo en la productividad, las ventas y los salarios. Fortalecer estas agencias incluye garantizar su independencia y ejercer poderes para hacer cumplir las normas antimonopolio y de competencia, especialmente para las grandes empresas. Esto significa promover prácticas efectivas de gestión pública y capacitar a los funcionarios.
- Apoyar las políticas de innovación. La competencia no es suficiente para el crecimiento empresarial. Las empresas deben estar preparadas para la competencia tanto nacional como internacional. Esto requiere políticas complementarias que alienten a las empresas a innovar y ascender en la escala tecnológica para poder competir, adoptar nuevas estrategias y crecer.
- Desarrollar habilidades de liderazgo. Mejorar el conocimiento de la gestión ayudará a las empresas a responder a los mercados, identificar nuevas oportunidades, desarrollar planes de negocios y empoderar a los empleados. Debería tener una agenda para mejorar la educación en todos los niveles, preparar a los estudiantes y a la fuerza laboral para prosperar en un entorno competitivo.
Accede al informe aquí.
Fuente: Banco Mundial