Fernando Santos Alvete, último ministro de Energía del gobierno de Guillermo Lasso, absolvió al expresidente de Ecuador de la responsabilidad por la crisis energética de su país y atribuyó la situación al modelo de Estado establecido en la constitución.
“Esta no es una crisis contextual, es una crisis estructural. ¿Qué está pasando en el país? El país está creciendo, la demanda de energía está aumentando, pero la oferta no ha seguido el ritmo desde hace años. ¿Por qué? Porque, según el “Constitución, según la ley, el suministro de energía es un monopolio estatal, sólo que la excepción es que el sector privado puede intervenir (…) Se ha quedado sin dinero y ya está: la generación se estanca y la demanda sigue aumentando”. año va a empeorar”, afirmó ante la comisión de supervisión parlamentaria.
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Asimismo, Santos Alvit señaló que la administración anterior decidió formar un comité de emergencia para enfrentar la escasez de energía.
“El Presidente de la República tiene otras cosas que hacer, por eso hay ministros. Pero ningún ministro es un tipo con una varita mágica que dice: ‘Vamos a construir un árbol’. No, no, es una fiesta”, afirmó.
En el mismo sentido, destacó que, si bien no era obligación de Lasso, aprovechó su cargo para negociar directamente con el gobierno colombiano la compra de energía.
“El Presidente de la República estaba tan consciente que aunque no era su responsabilidad, fue a Colombia al menos para asegurarse de que Colombia no nos deje de vender del todo (…) Hasta donde funcione la memoria, Presidente (Gustavo) Petro nos dijo: ‘Les doy electricidad hasta el 31 de diciembre de 2023, porque yo también tengo un problema de sequía’.
Desde la perspectiva de un ex funcionario energético ecuatoriano, las restricciones a las exportaciones debido a permisos ambientales, la burocracia y el propio modelo económico de Colombia exacerban el problema estructural.
Por otro lado, aunque reconoció que Quito estaba pagando la energía a un precio superior al de mercado, le asignó la responsabilidad a Bogotá: “Informé a las autoridades colombianas, según su ley y según el mercado, hay un bolsa de valores donde se fijan los precios.- y el valor del estado del Ecuador nada tiene que ver con esa aplicación. “Es alto, es caro”, dijo.