En el año 2000, cuando Orquesta Sinfónica de Boston se estrenó en Estados Unidos.”La Pasión Según San Marcos” del compositor Osvaldo Golijov, coro Scola Cantorum de Caracas (hoy Scola Cantorum de Venezuela). Uno de los asistentes a un concierto memorable fue mi hermano Ricardo. “La Scala Cantorum estuvo genial y María estuvo brillante”, me dijo con gran entusiasmo. Según los periódicos de la época, los aplausos duraron aproximadamente media hora.. Y debo decir que conozco al público que asiste a esos conciertos en Boston: es bastante exigente. En otras palabras, no aplaude precisamente. Lo mismo sucedió en enero de 2014. María Guinand frente a su Schola CantorumEsta vez va acompañado de una música instrumental hecha a medida. Orquesta Pasión, (codirigida por Gonzalo Grau, su hijastro) nuevamente para dirigir la obra maestra de Golijov. En aquella ocasión mi hermano menor Rafael me llamó lleno de emoción. Unos días después, un detallado ensayo del compositor y abogado en ejercicio Vance R. Cowen, que estudió música en el Queens College y el Conservatorio de Nueva Inglaterra y derecho en Harvard, daba cuenta de ello. Gloria de actuación en The Boston Musical Intelligencer: “Probablemente sea seguro decir que el público de la Sinfónica de Boston rara vez escucha música “La Pasión Según San Marcos de Osvaldo Golijov”, el empezó. Pero esto, que puede ser extraordinario en la carrera de cualquier músico, no lo es para Maria Guinand: se ha repetido muchas veces a lo largo de cinco décadas, fruto de éxito tras éxito. El 31 de octubre asistí a la entrega de premios. Doctorado honorario quien le dio Universidad Metropolitana de Caracas. La decisión fue tomada a finales de 2019 por la autoridad encabezada por el Dr. Benjamín Sharifkar; Pero con la llegada de la epidemia se pospuso su entrega… feliz coincidencia, ya que quien se lo iba a regalar era su hermana. María Isabel, Marissa, fue nombrada rectora de la Universidad hace sólo un año y medio. Hablar de las emociones que sentí, primero con las palabras de Marisa, luego con María y finalmente ver a uno de ellos entregándose y derritiéndose en su abrazo mientras el otro recibía la medalla, sería quedarse corto. Lloré por unos momentos. Este tipo de trabajo me reconecta con Venezuela y su futuro.. Y todo fue hermoso de principio a fin. Comenzó con el simbólico pie de adelante de Unimet, donde la Fundación Gandhi de Venezuela rindió homenaje. Profesor GuinandFrente a otra estatua de Peace Weaver como ella: Mahatma Gandhi. En su discurso de bienvenida, la presidenta de la fundación, Verónica Rodríguez de Gursega, dijo que “María es una luz brillante“Me encantó la metáfora, porque eso es lo que es: un faro, un brillo, una claridad… Luego intervinieron escuela de cantantes, Coro Fundación Compañía Coral (del cual es director) y Orphan de la Universidad Metropolitana, para interpretar dos canciones, “Una bendición irlandesa” y “Amo la paz” de Maestro Néstor XaversSu letra y Marilena Lorenzo, mientras María, Verónica, el Maestro Alberto Grau y Natalia Kastan, Vicerrectora Académica, entregaron flores a Gandhi. Finalmente, María pronunció unas palabras, breves y sencillas, llenas de amor, gratitud, humanidad, dignidad, respeto, nobleza… Utilizo los mismos adjetivos para describir su discurso de disciplina. Gracias a su marido, Maestro Alberto Grau., su mentor y guía en su largo e intenso viaje por la música. También recuerdos de sus padres, su apoyo e influencia. Habló con orgullo y gratitud de sus hijos y nietos y de su familia en general. El Familia Guinand, con quienes estoy unido desde hace varias generaciones, son un linaje unido y honorable. Muchos de ellos estuvieron ahí, apoyándola en un momento tan importante de su vida. Y, por supuesto, menciona a su coro y a sus alumnos, que son una especie de familia extendida. El final fue sencillamente magnífico: tres cantantes unieron sus voces – y para terminar, hasta el público cantó – sí, es cierto que María hace cantar hasta las piedras. El programa musical de apertura contó con la participación de la scala cantorum “La novia Doxa”, Una canción griega del siglo VIII con versión coral de Alberto Grau y “Hacia el mar de la tarde”, un poema de Juan Ramón Giménez con música de Gonzalo Castellanos, dirigido por el propio Alberto Grau. Entonces vino “Mata del Ánima Sola”, un poema de Alberto Arvello con música de Antonio Estevez, un solista que me impresionó: el talentoso joven Jesús Bernal. Luego vino “Casar mi la Gazi”, una interesante obra de Alberto Grau. La pieza, cantada únicamente por Scola, finalizó con “El Guaboso” de Guido López Gavilán. Luego se sumó el Coro Unimet, dirigido por Nelleb García, y cantaron juntos “Mi Patria es el Mundo”, basada en los escritos de Mahatma Gandhi y Lucio Ann Séneca. Para finalizar, se unió el Coro de la Fundación Emperatriz Polar y ese gran coro, dirigido por la propia María, cantó el maravilloso poema “Te amo” de Mario Benedetti, con arreglo de Liliana Cangiano, adaptado a una canción de Alberto Favaro. Luego Luimar Arismendi dirige “Miss Ilusiones” con música de San Luis y Voj Veis, donde cantamos todos. Cerramos con Alma Llanera. La música coral tiene el poder de conmover, tocar corazones y unir a las personas. Detrás de la magia de esta melodía se encuentra la figura de la maestra María Guinand, quien cada vez que aparece deja una huella imborrable en ese maravilloso mundo. Con su pasión, talento y dedicación, elevó la música coral a nuevas alturas y deja un legado invaluable en la escena musical internacional. No voy a hablar de su currículum, ya que está en miles de páginas web. Pero quiero decir que María Guinand es una de las personas más importantes e influyentes en el universo de la música coral. Ha dirigido coros alrededor del mundo y colaborado con prestigiosas orquestas y directores de renombre. Su capacidad y carisma le han llevado a ser frecuentemente invitado como director de orquesta en importantes festivales y encuentros corales.. Además, ha sido juez en concursos internacionales e impartido clases magistrales, compartiendo sus conocimientos y experiencia con jóvenes directores y cantantes de todo el mundo. Su legado, que crece y prospera día a día, se extiende más allá de sus logros como director coral. Su enfoque en formar nuevos talentos y, sobre todo, en utilizar la música como instrumento de progreso social, permitirá que esa influencia se perpetúe en las generaciones futuras. Maria Guinand ha inspirado y formado a innumerables jóvenes, proporcionándoles las herramientas que necesitan para prosperar, no sólo en el mundo de la música, sino también en la vida real. Cantar en un coro es la mejor metáfora de lo que debería ser el mundo: diverso, plural, diverso, donde cada uno tiene su lugar, es aceptado, respetado y su voz importa para el resultado final. La huella que deja María es muy importante e inconfundible.. Su pasión y compromiso con la promoción de la música coral y su labor como docente es un aporte clave al enriquecimiento cultural de la sociedad. Aplaudo a mi alma mater por esta decisión de ser nuestra médica, porque María Guinand es un modelo a seguir para aquellos que quieren encontrar la verdadera grandeza a través de la música. Una luz diáfana. Una luz maravillosa. una luz brillante Carolina James Branger @cjaimesb haga clic aquí Apoya la libertad de expresión. En Venezuela. Tu donación ayudará Fortalecer nuestra plataforma digital De la Redacción del Decano de Prensa Nacional, etc. Permítanos continuar Comprometidos con la información veraz, como es nuestra bandera desde 1904. ¡Contamos contigo! Aquí está nuestro apoyo
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