Raimundo se mudó a la casa de sus sueños, la única en una playa del Caribe. El exgerente del banco ahorró 35 años para jubilarse. Lo mejor es llevarle comida para 15 a 15 días, ya que quería estar solo.
La cómoda cabaña lo tenía todo, arena limpia, agua de mar cristalina además de varias palmeras. Aunque quería fundar un pueblo, a veces los pescadores venían a hablar con él y le dejaban algo de pescado.
Nadie caminaba por esa playa desierta, al contrario, en ocasiones las olas invadían alguna parte del espacio luego de acercarse a la orilla. Después de unos meses de estar allí, una noche de luna llena sintió un fuerte temblor mientras la casa temblaba.
Mientras esperaba a ver qué pasaría por la mañana, sintió que el mar se callaba. Pero mirando por la ventana el panorama era impresionante y realmente sorprendente.
Todo el mar quedó sumergido detrás de una ola imponente… Era como una especie de vórtice mezclándose con el agua. “Es una tormenta, Dios mío”. Se maravilló de que el mar estuviera en calma y temió que las olas llevaran toda el agua a tierra.
Estuvo varios minutos así mientras Raimundo se apretaba las manos con ansiedad. Otro temblor lo sobresaltó nuevamente, la casa resistió un fuerte sismo, cuando escuchó las olas arrojar el agua nuevamente a su lugar.
En la playa caribeña
Esa mañana vio que la posición del agua había cambiado y llegaba más agua al otro lado de la misma. De hecho, caminando por la orilla ese día vio que era uno pendientes al agua
Raimundo sigue observando desde una playa de un país caribeño evento El clima consistió en fuertes vientos y fuertes lluvias, pero después del terremoto no vio que el agua retrocediera.
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