Un lugar en el corazón de la ciudad de Barquisimeto dedicado al comercio de especies agrícolas siempre ha estado asociado al comercio más antiguo del mundo, como es la prostitución. No abandona en absoluto, existiendo desde sus inicios hasta la actualidad.
Se trata de una forma de supervivencia controvertida y por tanto degradante a través de la venta de trabajo sexual que ha encontrado un terreno fértil para su práctica en los espacios de El Manteco. Este oficio suele practicarse a la sombra de la noche con ofrendas de encantos femeninos, ya sea en la calle o en una institución acondicionada para su práctica discreta.
– La Prensa – Venezuela –
Un trabajo que no goza de reconocimiento legal y social. Por tanto, no es una forma de emancipación de la mujer, a pesar de que lo hace por necesidad económica. Contraste el trabajo manual humano y el intelectual en el contexto del capitalismo. El sexo no es más que un placer para sobrevivir en cualquier forma de sociedad.
Originalmente por esta relación física comercial el sitio se llamaba Mabil. Es un establecimiento para la diversión con música en vivo que incluye charraska y pianola, luego reemplazadas por máquinas de discos, y mujeres presentes para bailar y tener sexo.
La más famosa de ellas era la Calle 31 (Bruzual con Tres Torres) en la esquina sur de la Carrera 22, conocida como Mabil el Manteco. Posteriormente en 1936 se construiría en ese sitio el Mercado Municipal El Manteco de arquitectura tradicional.
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Entre ellos estaban igualmente mezclados la crema y la gente de la crema y la gente de la ciudad baja. Todos están igualmente enamorados de los placeres mundanos.
Las masas, formadas por una gran fuerza laboral, acudían a ellos en busca de diversión y sexo. Es la utilización de ocho horas de ocio junto con otras 16 para descanso y trabajo establecida por Marx.
Crema y crema barquisimetana también acudió a ellos para finalizar su fiesta en el perímetro de la ciudad que limitaba con la calle 30.
Durante la dictadura de Gómez, con la hipocresía propia de todo tirano, no faltaron las campañas de resistencia social. Entonces la policía detuvo a estas mujeres para presentarlas más tarde. Todo el mundo cree erróneamente que estos problemas económicos y sociales se han solucionado.
En Manteco, su práctica se realiza de noche en la calle o en discretas instituciones. Inicialmente se conocía como Mabil con música de jukebox o en vivo con un grupo que destacaba a la Charraska y a las mujeres ofreciendo sexo a clientes felices.
Sus practicantes procedían de las afueras de la ciudad, entre la clase trabajadora y las poblaciones marginales de Los Colerientos al oeste y El Malecón al norte, y otros barrios incluido el lumpen proletario.
En las décadas de 1960 y 1970 existían dos: Palacio Bon en la carrera 22 entre calles 36 y 37 y Las Palmas en la calle 33 entre 21 y 22, también Calle Mujeres en la carrera 21 entre calles 33 y 42.
Posteriormente, con el traslado del mercado a Markabar en octubre de 1983, se ampliaron hasta un total de ocho. Las más conocidas son la Marina Colombia en la calle 32 entre 22 y 23 y la ya desaparecida Naranza Mecánica en la carrera 22 entre 31 y 32.
Dos mujeres cantaron en Manteco en poesía: Carmen Lovisoni y Beatrice Vigiani. Del texto de Viggiani titulado Canto al Manteco ofrecemos esta pieza:
canto solo en la calle
En el botiquín entreabierto por la noche.
chiveras y depositos
en algo
A Nerida que inauguró la licitación de los sueños
le canto colas de caballo a romero
incienso de incienso
Todo indica que El Manteco sigue siendo una zona de prostíbulo como lo fue en sus inicios tras la llegada del Ferrocarril Bolívar el 18 de enero de 1892, por el que también llegaron estas mujeres de lugares lejanos.
Ilustración Pablo Picasso, 1922.
Freddie Torrealba Z.
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