– La Prensa – Venezuela –
En primer lugar, y de cara a la Navidad, me ha dado una idea de esos días donde regresa la alegría y la felicidad. recuerdos de navidadMe dio la oportunidad de disfrutar este tiempo y revelar la belleza creativa de esos valores indescriptibles que la humanidad reivindica como patrimonio de la vida y que los hombres santifican con las flores de su amor, que fueron escritas con orgullo en el libro de la Navidad. adquirido poder, dota a este tiempo fugaz de la cualidad divina que la Navidad perdura en la memoria invicta.
La vida me ha dado la alegría de nacer en este hermoso mundo donde afuera flotan el sol y las estrellas. la gracia de DiosMe dio un oído para escuchar la voz del tarpial que se convirtió en una voz mágica sobre la dulzura de los cañaverales, nací en montañas y ríos de color, mares profundos, páramos y playas espectaculares, aprendí a amar la patria, a disfrutar y saborear la buena música en todos sus aspectos, me dio fe, me dio libertad, me dio un hogar donde tuve una infancia muy feliz, me dio el ejemplo de mis padres, excelentes escuelas, maestros sabios, me enseñó. a ver desde la grandeza brava hasta el abismo, me enseñó que Con fe alcanzamos ese infinito que nos conecta con la verdad.Aprendí que el pensamiento no tiene represa, ni la esperanza que alcanza todas las cimas con su deseo. Desde muy pequeño aprendí a observar la distancia infinita donde se despliega la inmortalidad insaciable del atardecer, aprendí a descifrar la noche que cae en el sueño profundo, Un padre celestial me dio la vida, Una madre celestial, ángel de la guarda, Ella también me enseñó. Conocer mis deberes y derechos me dio trabajo y la alegría de obtener la mejor respuesta a la constancia y el esfuerzo.
Dentro de mi boca de niña, el himno nacional fue la primera canción que brilló en mí como una flor avatar, lLa vida me ha dado salud.Buenos padres, hermanos, abuelos, nietos, sobrinos, un hermoso país para nacer y las bendiciones de la tierra de Venezuela donde pasé la mayor parte de mi vida y a quien aprendí a amar como propia, me dio un hogar, un esposo. , Los hijos, el hogar, el amor, el honor, los desafíos, el pan, mil caminos de viaje, los libros, la educación, la alegría, el ruido de la lluvia y del viento, el ruido de los pájaros, me ha dado la alegría de viajar y el lugar donde hasta el blanco las flores de invierno esparcen su polvo en el cielo como luz…
Aprendí a pintar el pan de vida con letras.Me dio el trigo que hace el camino de la paz, conocí los cambios de clima y los cambios de lluvia, me dio la alegría de los niños riendo, compartiendo, divirtiéndose y agradeciendo al cielo por vivir cada día. He aprendido a ver las estrellas escondidas en lo profundo de mis cuatro soles, que hoy han llenado mi corazón de bendiciones, me han dado hijos, mi dulce amor invernal hoy.
Ahora doy un paso adelante con la lentitud del tiempo, mis recuerdos siguen vivos y las cosechas que dejo en el campo de las letras son muy verdes. Todavía estoy aquí en la pequeña y acogedora habitación en la que me encuentro con mi perro, mi gato y los susurros de mis raíces. Todavía estoy en este rincón del mundo. Entre estas cosas sencillas que vienen conmigo: agua, pan, una jarra, mi libro, unas rosas y la bendición de estar aquí donde cada noche veo como caen las estrellas del cielo…
Amanda Niño P.
– La Prensa – Venezuela –