El democracia, como ejercicio colectivo y libre de la política, es lo opuesto a la violencia porque promete resolver para bien los conflictos que surgen de la diversidad. Pacíficamente en el buen sentido, Respetar los derechos garantizados por la ley.
En 2024 elegiremos al Presidente de la República, en un proceso que aspiramos a que sea más acorde con la Constitución, a diferencia de su antecesora. El Campaña electoral Viniendo no sólo porque, aunque con resultados insignificantes en la opinión pública, la coherencia personal y partidista con el uso extensivo de los recursos del poder no dejó de hacer campaña un día, sino también porque La oposición se decidió por las elecciones primarias Abra también un nominado o nominados para representar opciones unificadas, lo que implica acciones adicionales antes, durante y después. Otros actores prefieren no competir y reservarse para el año siguiente, lo que revela otros planes no en todos los casos pero sí en muchos ventajosos para la estrategia del gobierno, sea o no su intención.
Las elecciones y la violencia son contradictorias, pero ya sabemos que los hechos violentos pueden ocurrir, sobre todo en democracias deficientes o en los países más atrasados, aunque en democracias unidas por tradiciones arraigadas, nuevas divisiones o viejas infladas por la demagogia crean episodios vergonzosos y dolorosos. El fresco conmemora el ataque al Capitolio en Washington cuando se iban a anunciar los resultados del Congreso. Elecciones presidenciales Verificado en noviembre, admirable democracia norteamericana por muchas razones.
Aquí hace poco ya tuvimos uno en Carabobo Inaceptable agresión contra el precandidato Henrik Capriles Radonski. Aparentemente contradictorio, no es casualidad que la violencia ataque precisamente a un político que ha hecho del pacifismo y el compromiso un mensaje constante entre los venezolanos, con una valentía que le ha dado un alto valor en los aspectos más difíciles del conflicto. Ha llovido condena desde el arco más antiplural, como debe ser, aunque no he encontrado ninguna tan alejada de los poderes fácticos. Este silencio se vuelve ensordecedor cuando pensamos que un grupo dirigente tiene que lavarse la cara por mínimos beneficios dentro del país y sobre todo fuera del país, como quedó demostrado una vez más en las diversas dificultades sufridas en Brasilia.
La violencia física y moral contra los actores políticos es inaceptable, pero esta no es la única corriente que contamina nuestra vida cívica y le quita vida real a los dichos constitucionales. Estas son violencias directas o indirectas del poder o potenciales generadores de violencia social, privatización de medios públicos como propiedad de grupos del partido de gobierno. Propaganda de odio. Restricciones manifiestas y encubiertas a la libertad de expresión y al derecho a la información, tanto el derecho a ser informado como el derecho a ser informado. Mal uso de los recursos públicos y amenazas abiertas o encubiertas para disuadir a los ciudadanos de cooperar con actores privados. Politización de la justicia y judicialización de la política.
Las elecciones de 2024, un desafío cívico que hay que afrontar con voluntad e inteligencia para ganar, se librarán en condiciones deliberadamente desiguales. Power denunció como “inconvenientes” las sanciones internacionales que, si bien agravaron la situación con daños que consideró injustos y de cuestionable efectividad, no provocaron la crisis. El propaganda del gobierno Además de eludir sus responsabilidades entre ellos, justifica un paquete de sanciones impuestas por mano de obra a los ciudadanos mucho antes de que un gobierno extranjero u organismo internacional tome una decisión. Que sea un cierre deseable o un decaimiento razonable Múltiples formas de violencia De la credibilidad de las referidas elecciones y de su impacto favorable en la normalidad de la vida en Venezuela y sus relaciones con la comunidad internacional dependerán las características del modelo que se empeña en perpetuarse.
Ramón Guillermo Aveledo