– La Prensa – Venezuela –
La historia nos ha demostrado que Cuando un gobernante pierde su popularidad, se desarrollan una serie de acontecimientos con consecuencias devastadoras para su país. Pero también, y subrayo “también”, para el presidente en cuestión. ¿La razón? La respuesta es simple: la popularidad es crucial para mantener el poder y el control sobre la población, de modo que cuando comienza a declinar, se abren todas las compuertas para la rebelión, la protesta y, eventualmente, el colapso del régimen.
Esta pérdida de popularidad puede deberse a diversos factores que van desde la corrupción. Una fórmula mágica para dejar que tus amigos roben y luego ponerles las riendas cortas. Ha habido numerosos casos de esto. líder político Aquellos que participaron en actos de corrupción o permitieron que sus familiares y asociados se enriquecieran ilegalmente a cambio de lealtad y apoyo. Esto puede utilizarse posteriormente como mecanismo de chantaje, no sólo para garantizar la confiabilidad de los involucrados, sino para evitar que revelen información comprometedora. Pero nada se esconde entre el cielo y la tierra.
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El supresión, tortura y cualquier otro Violación de los derechos humanos Para quien se atreva a enfrentarlos, otro factor importante es: sembrar la semilla del miedo como medio para mantener sometida a la población. También podemos mencionar la mala gestión económica, que provoca desempleo, hambre y falta de servicios básicos. Todo lo que suscite descontento público, aunque no sea universal.
Este descontento masivo de la población, cualquiera que sea su origen, produce el mismo resultado: se cuestiona la legitimidad del gobernante y por tanto su poder se ve amenazado. Cuando esto sucede, los altos gobiernos suelen recurrir a medidas desesperadas. Intenta permanecer en el poder. Estas medidas incluyen la represión violenta de las protestas, la censura y el cierre de los medios de comunicación y, sobre todo, la persecución de los opositores políticos. Mucho más si gozan de popularidad y penetran en el alma humana.
Sin embargo -y esto parece suceder en los círculos más cercanos del poder- no se dan cuenta de lo dañinas que estas acciones pueden ser para ellos mismos, como suele ser el caso. Aumenta el descontento y la ira del público.. A menudo han alimentado la violencia y la inestabilidad en el país. “El cántaro llega tan lejos a la fuente que al final se rompe”, dice un sabio refrán popular.
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Y ha habido casos en los que la pérdida de popularidad de un régimen totalitario ha llevado a su destitución o incluso a su derrocamiento. Sucedió a través de Elecciones libres y justas, protestas masivas o incluso revueltas de sus antiguos aliados. De cualquier manera, el resultado suele ser un cambio de gobierno y la búsqueda de un nuevo liderazgo que pueda restaurar la estabilidad y la confianza en el país.
casi siempre, Pérdida de popularidad Un gobernante inicia un proceso peligroso con consecuencias imprevistas. Si los líderes autoritarios comprendieran la importancia de gobernar con justicia y transparencia y respetar los derechos y deseos de su pueblo, así como renunciar al poder, podrían evitar caer en el abismo al que pueden empujarlos la impopularidad y la desconfianza. Menciono la historia porque quien no la conoce está condenado a repetirla. No lo digo yo, lo ha dicho Cicerón a Santayana, Napoleón, Marx, Churchill y otros. Así que no te quejes, no te avisaron…
Carolina James Branger
@cjaimesb
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