– La Prensa – Venezuela –
mentirComo idea, tan antigua como la propia humanidad. Todos mentimos en algún momento de nuestra vida, pero ¿qué pasa cuando mentir se convierte en un hábito patológico? La mitomanía es una Trastornos psicológicos Lo que lleva a las personas a mentir de forma compulsiva y en muchos casos sin motivo aparente. En un mundo donde la verdad está cada vez más difundida, la mitomanía se destaca como un fenómeno que ha afectado al individuo y a la sociedad de maneras inesperadas. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de personas que construyeron sus vidas en torno a grandes mentiras, defraudaron a millones y dejaron una huella indeleble en la cultura.
mentira patológicaConocida como mitomanía, lleva a quienes la padecen a mentir con frecuencia y casi de forma incontrolable. A diferencia de la mentira convencional, que suele tener un propósito específico, los mitómanos mienten sin siquiera una necesidad aparente. Este trastorno no sólo afecta a tus relaciones personales y profesionales, sino que también perjudica tu capacidad para vivir auténticamente. Los psicólogos sugieren que la mitomanía puede estar relacionada con un trauma infantil, inseguridades profundas o una necesidad abrumadora de aceptación social.
Un aspecto particularmente complejo de este trastorno es que, en muchos casos, El mitómano acaba creyéndose sus propias mentiras. Esto complica su tratamiento, ya que resulta extremadamente difícil identificar el problema del paciente. En casos extremos, el mitómano crea una narrativa de que no sólo engaña a su entorno, sino también a sí mismo, atrapado en su propia versión distorsionada de la realidad.
¿Por qué nos atraen tanto las mentiras como sociedad? Una posible respuesta reside en nuestra capacidad para construir y utilizar narrativas. Las mentiras, especialmente cuando provienen de figuras públicas o personas carismáticas, a menudo llenan vacíos emocionales o refuerzan creencias que queremos preservar. A veces incluso elegimos creer mentiras porque satisfacen nuestra necesidad de héroes o historias convincentes.
En la cultura y los medios populares, Hemos sido testigos de cómo las mentiras pueden convertirse en narrativas convincentes.. Desde reality shows hasta biografías de grandes tramposos, las mentiras nos entretienen y en cierto modo nos divierten. Esto se refleja en nuestra voluntad de seguir creyendo a personas que son desenmascaradas como mentirosas, buscando constantemente nuevas justificaciones para mantener viva la ilusión.
Uno de los casos más Mitomanía famosa Era Ferdinand Waldo Demara, Jr. nacido en Lawrence, Massachusetts, conocido como “El Gran Impostor” (21/12/1921 – 7/6/1982). Demara asumió muchas identidades falsas a lo largo de su vida, desde monje hasta cirujano, sin ninguna formación en los campos en los que decía ser experto. Su capacidad para engañar a quienes le rodean le permite infiltrarse en diversos sectores, llevando una vida de aventuras basada en mentiras. Si bien su historia es fascinante, también muestra los peligros y daños que puede causar la mitomanía. The Great Imposter, una película de 1961 basada en su vida, protagonizada por Tony Curtis.
Otro caso emblemático es el de Anna Anderson, quien afirmó durante años Gran Duquesa Anastasia RomanovFamilia real rusa acusada de sobrevivir a la ejecución. Aunque su historia cautivó al mundo y fue aceptada por muchos, las pruebas de ADN realizadas mucho más tarde demostraron que Anderson no era Anastasia. Sin embargo, sus mentiras persistieron durante décadas, generando controversia y fascinación.
Un ejemplo más reciente es que Elizabeth HolmesEl fundador de la empresa, Theranos, prometió revolucionar el sector sanitario con un dispositivo capaz de realizar cientos de análisis en una sola gota de sangre. Holmes aseguró a inversores y personas influyentes la validez de su tecnología, aunque todo resultó ser un engaño. Su caso no sólo expone la mitomanía en el ámbito empresarial, sino también el efecto devastador que una mentira puede tener en la sociedad.
MitomaníaMás allá de ser un trastorno psicológico, tiene profundas implicaciones para la estructura social. Casos históricos de grandes fraudes y mentirosos patológicos muestran cómo las mentiras pueden afectar las percepciones políticas, sociales y económicas, desafiando nuestra confianza en la verdad. En un mundo donde la información está disponible para todos, la línea entre la verdad y la falsedad se vuelve cada vez más borrosa. La pregunta que queda por hacerse es: ¿estamos preparados para afrontar nuestra vulnerabilidad en un entorno lleno de mentiras?
Noel Álvarez
GENTE Coordinadora Nacional de Movimientos Políticos
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