Cuando llegó el momento de la ceremonia de santificación de la madre Presentación del recién nacido en el templo de JerusalénLa Sagrada Familia fue a Jerusalén (Lc 2, 22-40).
Y el Evangelio nos habla de dos hombres que supieron reconocerlo. Jesús fue el salvador de la humanidad.: Simeón y Ana.
¿Qué nos dice acerca de Simeón? “Era justo y recto… El Espíritu Santo habitaba en él.“ Simeón era un hombre santo, a quien el Espíritu Santo le reveló que no moriría sin conocer al Mesías prometido.
¿Y qué traer? “No salió del templo sirviendo a Dios con ayuno y oración.“ Favorecía conocer al niño que era el salvador del mundo.
Después de saber quién era el niño, el piadoso Simeón no pudo contener su pasión, y el Evangelio nos dice que “Lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ahora puedes dejar morir en paz a tu siervo, como me prometiste, porque mis ojos han visto al Salvador”.
entonces simeón Los bendijo y fue al Señor. Virgen Maríadicho: “¡He aquí, este niño… será puesto como señal que muchos rechazarán (señal de discordia) y una espada traspasará tu alma misma!
este La profecía de Simeón nos declara que el salvador prometido provocará la oposición de muchos y, además, su misión será dolorosa – para él y para su madre – ya que el niño que nace es el cordero que debe ser sacrificado por la salvación del cordero. el mundo
¿Y qué significa ser? “Signo de conflicto“? De los cuales muchos aceptarán la salvación que nos ha traído este niño recién nacido, pero muchos la rechazarán.
La salvación fue realizada por Jesús, pero somos libres de aceptarla o rechazarla. Éste es el secreto de la libertad humana. Jesús lo hizo todo y quiere que todos aprovechemos la salvación que nos ha dado, pero quiere que respondamos a ese gran regalo con algo tan pequeño, pero que a veces nos parece tan grande e importante: nuestra voluntad.
Debemos imitar a María, que se reconoció a sí misma y dio su voluntad “Siervo de dios” (Lucas 1, 38). ¡Y gracias a él y su dedicación, Dios no logró nada menos! Esa es la salvación de la humanidad.
La Santísima Virgen y los santos José, Simeón y Ana son modelos de lo que Dios quiere de nosotros para llevar a cabo su obra de salvación.: Humildad hacia Dios y sumisión a Su voluntad.
Si los imitamos, Jesús podrá realizar su obra de salvación en nosotros. Ambas cosas se nos dan especialmente en memoria y oración.
¿Es necesario el bautismo para la salvación?
http://www.homilia.org/preguntash/necBautSalvacion.htm
isabel vidal de tenerife