– La Prensa – Venezuela –
Algunos creen que el dicho “nadie es profeta en su propia patria” proviene del lenguaje popular. Pero no es así: nos llega de algo menos Jesús. Eso es exactamente lo que le pasó: no fue aceptado en su país. Después de predicar en varios lugares y realizar algunos milagros aquí y allá, Jesús decidió regresar a Nazaret.
Nazaret fue la ciudad de su madre, donde fue muy conocido, donde creció, donde vivió y trabajó, donde tuvo su casa, familiares, etc. Y, como era su costumbre, nos dice el Evangelio (Mc 6, 1-6), Un sábado entró en la sinagoga y comenzó a enseñar.
Lo sabemos por el El Evangelio de San Lucas (Lucas 4:16-30) Fue lo que leyó Jesús. Nada menos que la proclamación del Mesías y su misión (Is. 61, 1-2): “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido…”.
Y cuando terminó de leer, dobló el libro, se lo devolvió al ayudante, se sentó y cuando todos “Tenía mis ojos fijos en él” Concluyó diciendo: “Hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar” Lo que equivalía a decir: “El profeta Isaías está hablando de mí”.
¡Imaginemos la impresión de su presencia! El Evangelio nos cuenta que el pueblo estuvo de acuerdo con sus palabras y se conmovió con ellas. La sabiduría de su enseñanza.. Pero además de eso, ¡porque claro! Conocían los milagros que había hecho en otros lugares.
Entonces los presentes se preguntaron: “¿Dónde aprendió tanto este hombre? ¿De dónde viene esa inteligencia y ese poder para hacer milagros?” Y como era tan familiar “Ellos se sorprendieron.” Ellos comentaron: “¿Pero no es él el carpintero, el hijo de María, el hermano de Jacob, de José, de Judas y de Simón? ¿Tus hermanas no viven entre nosotros? Nunca debieron imaginar que alguien de allí pudiera saber tanto… ni mucho menos. el Mesías ¡Esperado!
Es imprescindible un paréntesis de las palabras “hermano” y “hermana”, palabra que no sólo significa hermano, tal como lo entendemos hoy, sino que también incluye a primos y parientes. católico Sabemos que, a pesar de lo que puedan decir los no católicos, Jesús era el único hijo de María.
Entonces Jesús respondió a los que estaban en la sinagoga de Nazaret: ““Todos respetan a un profeta, excepto su país, sus parientes y la gente de su casa”. Así es… y para eso fue. hijo de Dios, el Mesías prometido. Y aunque lo haría, nos dice el Evangelio, “Allí no pudo hacer ningún milagro”. Venía del norte, de Cafarnaún donde, entre otros milagros, resucitó a la hija del líder de la sinagoga. Pero aquí en su Nazaret, “Sólo curó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos, y quedó asombrado de la incredulidad de aquella gente”.
Es precisamente la desconfianza de sus compatriotas Nazaret Eso le impide realizar grandes milagros como en otros lugares, porque Dios usa su omnipotencia para agraciar a los creyentes. *”Tu fe te ha salvado”,* solía decir a los que sanaba. Entonces, en Nazaret, se limitó a ayudar a un pequeño número de creyentes.
Por eso algunos son salvos y otros no. Jesús quiere salvar a todos, pero algunos lo reconocen como un salvador y otros no. Algunos se dejan salvar y otros no. ¿En qué equipo estás?
isabel vidal de tenerife
http://www.homilía.org
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