En nuestros últimos artículos donde se hizo presente la memoria del Dr. Ambrosio Oropeza, señalábamos la forma de vincular la Constitución de 1961 con los saberes sociológicos y en esta entrega nos gustaría reflexionar brevemente sobre la misma.
El derecho es un producto social que conforma la superestructura evaluativa y programática de todo país. A este enfoque conceptual de tipo sociológico, podemos agregar que esta ciencia se inspira en el paradigma universal de la justicia pero asume las características de cada nación porque sus legisladores transforman en leyes las costumbres y procedimientos sociales que consideran como elementos constitutivos de su diversidad y actúan como instrumentos. colectivo
Creemos cómo el régimen comunista creó lenta y progresivamente un sistema de justicia adecuado a sus intereses hegemónicos, basado en una plataforma legal que subordinaba los principios esenciales de la ética a reglas que negaban la justicia. Pero la forma en que un ciudadano mayoritario percibe la interrelación del Estado con el individuo.
El Estado venezolano asumió una responsabilidad por la seguridad social del pueblo establecida en la constitución de 1936, bajo la presidencia de Eleazar López Contreras, quien, según el escritor Mariano Picón Salas, llevó adelante a nuestro país en el siglo XX, luego del militarismo de el siglo XIX hasta la muerte de Juan Vicente Gómez.fue permanente.
Así se instauró una democracia que se basó en una constitución social, los procesos políticos comenzaron a caracterizarse por elevar el nivel de vida del ciudadano a partir de una cosmovisión ideológica desarrollada en Europa y que se convirtió en el eje ideológico a partir de la Segunda Guerra Mundial sobre el cual nació, Desde 1928 hasta la llegada al poder de Hugo Chávez organizó y enriqueció partidos políticos que marcaron la historia.
Durante los tres primeros períodos de la democracia instaurada en 1958 y bajo la tutela legal de la Constitución de 1961, el país experimentó un crecimiento discreto pero sostenido de su producto interno bruto, una inflación moderada y ajustada a una contabilidad responsable del gasto público, sin embargo, el ejercicio partidista del poder para mantener estas organizaciones políticas, empieza a surgir una lógica de transformar la práctica en un instrumento, y con este proceso clientelista se crea un sistema de mediación entre Estado y ciudadano que es un vicio criticado pero aceptado colectivamente. De alguna o muchas maneras, los líderes del partido toleraron estas prácticas populistas en el espíritu de la Constitución de 1836, y siempre fue en las constituciones posteriores que, en resumen, se mantuvieron los derechos del pueblo.
Con base en esta costumbre ilícita, pero asumida como regla operativa del consenso popular, llegamos a 1998, luego de una severa crisis económica que condujo a fuertes restricciones y aisló a la democracia. En 1948 se inició un proceso de formalización legal de esas prácticas que condujo al colapso del Estado patriarcal. Comienza el calvario que se pretendía controlar el país a través de la legitimidad versus la posibilidad de libertad, creación de riqueza y contar con instituciones democráticas que aún garanticen el cumplimiento de la doctrina constitucional, aun cuando no la conozcamos. Cuando.
Vemos entonces cómo los consejos comunales crearon leyes, cartas de patria, sistemas de palmadas y demás distorsiones orgánicas con las que el régimen ejerce el control social, dando a luz al pillo populista, que se agrupa como hijo de bandolero. Buscando esconderse del escrutinio público, se ha convertido en un monstruo implacable que ha consumido nuestra democracia hasta sus cimientos—
Felices fiestas a nuestros lectores. Nos despedimos hasta septiembre.