En la Venezuela de hoy, la criminalización y la represión se han convertido en sombras que espinan cada día a quienes nos atrevemos a trabajar por un mejor país. Este fenómeno, orquestado por el régimen, teje una red de amenazas que se extiende a todos los ámbitos de la sociedad venezolana. Defensores de derechos humanos, políticos, líderes religiosos, académicos, estudiantes e incluso ciudadanos comunes, podemos ser objetivos de un aparato gubernamental que no tolera la disidencia ni a quienes piensan diferente.
su estado derechos humanos Ha alcanzado niveles alarmantes en el país, afectando a todos los ciudadanos. No sólo las ONG nacionales sino también las organizaciones internacionales han condenado esta terrible situación. El Los derechos fundamentales están consagrados en la constitución nacional Están perdidos en medio de una brutal persecución. Esta represión no conoce límites y el miedo a ser el próximo objetivo es primordial.
La amenaza se extiende a varios sectores de la sociedad. El Defensores de derechos humanosAquellos cuyo trabajo es esencial para construir una Venezuela justa y libre están en la mira del régimen. Las voces políticas, vitales para la democracia, son silenciadas mediante tácticas de intimidación y detenciones arbitrarias. Los líderes religiosos, cuyo trabajo incluye orientación espiritual y apoyo comunitario, también son víctimas de persecución. Los académicos, cuyo objetivo es la generación de conocimiento, enfrentan constantes amenazas de represalias por su investigación y expresión. Los estudiantes y jóvenes venezolanos, que representan el presente y el futuro de la nación, son temidos y censurados por el aparato represivo del Estado.
De este modo, Diversidad de pensamiento, principal motor del progreso, se ve socavado por el miedo a la persecución. En este contexto, todo venezolano se convierte en un objetivo potencial, ya que Libertad de expresión Se convierte en un lujo peligroso. Este clima de intimidación y represión socava los cimientos de una sociedad libre y democrática. La incertidumbre sobre con quién ponerse del lado bajo la sombra de la persecución crea un estado general de ansiedad y miedo. Debemos lidiar diariamente sólo con lo terrible. Emergencias humanitarias complejasAdemás, somos víctimas de un régimen represivo que no duda en violar nuestros derechos humanos para permanecer en el poder.
Ante este panorama es necesario seguir trabajando incansablemente Un cambio político en Venezuela. Proteger los derechos humanos, la libertad de expresión y el respeto a la diversidad de pensamiento es una lucha colectiva que requiere unidad y determinación. Sólo a través de un cambio político genuino es posible restaurar la dignidad y la libertad que todo venezolano merece. Pensar diferente no es un delito; Tampoco quiero una buena Venezuela.
El clamor por un país donde todos podamos vivir en paz, sin miedo y con la libertad de expresión como un derecho inalienable debería resonar más fuerte que cualquier amenaza o acción de los gobernantes. La Venezuela a la que aspiramos se construirá sobre los pilares de la justicia, la libertad y el respeto a los derechos fundamentales. Debemos seguir adelante, hasta lograr el progreso social y la libertad.
Stalin González