– La Prensa – Venezuela –
Hay lingotes de oro para la corrupción, pero no hay recursos para profesores bien pagados, buenas escuelas y buena alimentación.
– La moral y la luz son nuestras primeras necesidades.-. Frase célebre pronunciada por el libertador Simón Bolívar en los albores de la República.
Y todavía lo son. Han pasado tantos años en ese momento. Bolívar Pronunciar la frase histórica, la moral y la ilustración son las primeras exigencias de la república.
Es doloroso pensar como es Venezuela Se ha convertido en un ejemplo de corrupción. Corrupción en todos los niveles de la administración pública. Puestos de control que te detienen en la vía pública, con cualquier pretexto, para quitarte dólares, a altos funcionarios de PDVSA que, a través de la corrupción y la incompetencia, destruyen esa empresa, poderosa y orgullo venezolano. Dos nombres bastan para explicar la tragedia de PDVSA: Rafael Ramírez, designado por Hugo Chávez, y Tarek El Aisami, designado por Nicolás Maduro.
Desafortunadamente Corrupción Ha estado siempre presente a lo largo de nuestra historia como nación independiente. No ha alcanzado los niveles escandalosos que caracterizaron los últimos 25 años.
La llamada revolución se autodenomina bolivariana. Qué bien recordaban el pensamiento del Redentor: La moral y el conocimiento son nuestras primeras necesidades.
Ahora tomemos la luz: nada es más importante para Venezuela que el problema de hoy educación Sin educación, es decir, sin luz, nuestro país no tiene presente ni futuro. Desafortunadamente, la educación está en el terreno. Desde la educación preescolar hasta la superior, pasando por la educación técnica especializada, el estado de la educación en Venezuela es deplorable.
Hay tres factores básicos para evaluar la situación educativa: el docente, la escuela y el alumno. El gobierno actual no podía portarse mal con los docentes. Salarios de hambre, ausencia de cursos de desarrollo profesional y abandono total por parte de las autoridades competentes.
Insatisfacción docente Ha sido alarmante el inicio de ese año escolar. Muchos docentes se han ido para formar parte de la diáspora venezolana que han abandonado el país en busca de mejores oportunidades. Otros dedicaron sus vidas a actividades más lucrativas, debido a los miserables salarios pagados a los docentes y a que aquellos en la profesión docente tuvieron que encontrar trabajos adicionales para sobrevivir.
El segundo factor es su sede física. Instituciones educativas. En muchos casos son verdaderos cerdos que revelan la subestimación de la educación de los actuales gobernantes. Es vergonzosa, triste y dolorosa la condición de las numerosas escuelas a las que la mayoría de los venezolanos tienen que enviar a sus hijos, que son la esperanza de la nación.
Y finalmente, lo más importante, niños. Es doloroso ver a los niños venezolanos sin escuelas adecuadas y sin maestros motivados. Pero lo más grave es que las tasas de desnutrición, el nombre técnico del hambre, han aumentado exponencialmente. Nuestros niños están sin escuela, sin maestros y sin comida. Los niños desnutridos no están en condiciones de aprender. La mala nutrición tendrá consecuencias de por vida para nuestros hijos. Hay lingotes de oro para la corrupción, pero no hay recursos para profesores bien remunerados, buenas escuelas y buena alimentación.
La moral y la luz son nuestras primeras necesidades.
Seguiremos hablando.
Eduardo Fernández
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