Somos una sociedad ligada a un modelo de vida, dictado e impulsado por unos pocos.
No hay solución para tanta hambre, tanto desempleo, tanta escasez, tanta falta de humanidad. Es muy triste vivir así, no tener derecho a vivir una vida de calidad. Prácticamente todo es imposible. Se puede decir sin dudar Vivimos en una época de decadencia y caída.No hay que buscar mucho, los hechos van apareciendo día a día, más pruebas no son posibles…
El desarrollo de la pobreza extrema en todas partes no es sólo un problema sino también una realidad La gente trabaja como burros para sobrevivir. Esto supone inevitablemente una gran tensión para el hombre, que quiere ganar más con otro trabajo a costa de su salud, situación que no le deja tiempo libre para descansar.
Estamos inmersos en la situación de este país donde nos falta de todo: El servicio publico es el peor., vayas donde vayas hay que mojarse las manos para poder recibir un privilegio, atención, respeto y consideración, así sea aparcar en la calle, pedir un certificado, un recibo, etc.; O un informe médico, no gratuito. Nos cobran por todo, la regulación es inexistente y mucho menos el respeto a los ciudadanos.
También estamos perdiendo el derecho a respirar rápido y pensar: ¿Dónde estamos? Es más evidente el abuso del derecho a conseguir cada día lo que se necesita, basta con salir a la calle, lo que hoy vale, valdrá mucho más mañana, es insoportable. Salimos y ¿qué encontramos en la calle? Alboroto, cara deprimida, preocupada, anciano abandonado, jóvenes desempleados, miseria, orfandad, camino lleno de baches, sin luz, indefensos, inseguros, etc. Dormir en paz ¿Quién de nosotros puede dormir cuando los mosquitos nos roban la luz y nos comen día tras día, sabiendo lo cruel que es el calor en este clima? Con la moratoria aumentando cada hora, estamos condenados a un pánico terrible.
Quien puede tener vida y momentos libres, si tenemos que quedarnos en casa para aprovechar media hora nos dan agua para bañarnos, llenar cacerolas, lavar ropa etc. muy a menudo La falta de luz y de agua y la desgracia de hacer cola para conseguir gasolina, Sólo por mencionar algunos, ya no es compatible. Estamos cansados, estresados, hartos de soportar la lucha diaria que nos hacen pasar sin encontrar a alguien que nos escuche, nos respete y se responsabilice de obedecer y hacer cumplir la ley…
El vacío de autoridad, de valores y de buenas maneras es grande. Todos estos desastres que estamos viviendo no son vidas, las carencias nutricionales y las enfermedades llenan los hospitales y lo que es peor, No encontramos dolientes por ninguna parte. Así pasamos años en apuros—sin esperanza de vientos favorables—
Amanda Niño