Más de 15 millones de chilenos comenzaron a votar este domingo para aprobar o rechazar una nueva propuesta constitucional que sustituirá la Carta Magna, vigente desde la dictadura y en 2022 tras rechazar la primera iniciativa antirradical y progresista.
El nuevo texto, redactado por la mayoría de la derecha y la extrema derecha, es más conservador que su sustituto, tanto moral como económicamente, ya que profundizará los principios del libre mercado, reducirá la intervención estatal y puede limitar algunas. Derechos, como los derechos reproductivos.
– La Prensa – Venezuela –
La votación se produjo en medio del descontento general de la ciudadanía, y un año después de que los chilenos rechazaran otro proyecto con el 62% de los votos, seguido de la redacción de una constitución con mayoría de izquierda, que muchos calificaron como una de las iniciativas constitucionales más progresistas. . Organización del mundo.
Por ello, resulta inconsistente que hayan sido la izquierda y el oficialismo quienes impulsaron la conservación de la constitución dada por Augusto Pinochet (1973-1990), que ha sido reformada hasta 70 veces.
“Prefiero algo malo a algo terrible”, afirmó la expresidenta Michelle Bachelet, que hizo campaña “contra” y protegiendo los derechos de las mujeres, tras la votación de la madrugada.
Por otro lado, el expresidente Sebastián Piñera, el conservador cuyo gobierno vio en 2019 el estallido social que desencadenó el inicio del proceso constitucional, llamó a poner fin a “cuatro años de “sacrificio” e “incertidumbre” para que la Constitución sea aprobada. “Aprobado. En plena democracia.”, es nuestra estabilidad, la unidad. , da la proyección que Chile necesita.”
Cualquiera que sea el resultado del referéndum, con votación obligatoria, parece ser el final de un proceso que comenzó hace cuatro años cuando miles de chilenos salieron a las calles para exigir mejores pensiones, salud y educación, y el fin de la desigualdad, en una situación sin precedentes. protestas. Este país sudamericano es considerado una de las democracias más estables de la región en la historia.
La nueva propuesta constitucional establece que Chile es un Estado social y democrático que “promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales” a través de instituciones públicas y privadas. Los opositores afirman que la libertad de elección en materia de salud, educación o pensiones sólo está disponible para quienes pueden permitírselo.
Los grupos feministas temen que cambiar la redacción de la nueva propuesta para proteger la vida de “aquellas” que aún no han nacido pueda allanar el camino para la abolición del aborto por las tres causales aprobadas en 2017 (violación, peligro para la vida materna o fetal). disfunción). Además, denuncian las barreras a los servicios sociales o la participación política.
La iniciativa tiene elementos controvertidos como la deportación “lo antes posible” de los inmigrantes irregulares, objeciones de buena fe a las instituciones, el derecho de huelga o la exención fiscal de las cotizaciones para las primeras viviendas. Del mismo modo, los condenados por graves violaciones de derechos humanos pueden beneficiarse del arresto domiciliario por edad o enfermedad.
Después de diez procesos electorales en menos de dos años y medio, todos los sectores sociales han mostrado su cansancio ante tantos votos.
“Estoy cansado, lo siento por mi país”, dijo Fernando Escudero, un jubilado de 77 años que rechazó la nueva oferta. “He leído todo el texto, es muy malo, aunque el texto anterior también era muy malo, pero había cosas rescatables en él”.
Entre otras cosas, lamentó la pérdida de los derechos de las mujeres o declaró el agua como “un bien de consumo, para mí el agua es un derecho humano”.
La funcionaria Johanna Enríquez, de 38 años, también votó en contra de la propuesta, considerándola “demasiado extrema”.
“Todo el proceso en sí es un desperdicio de recursos para el Estado… una farsa. Quedémonos con lo que tenemos y por favor dedíquense a trabajar en seguridad”, pidió a los políticos.
Un pedido similar hizo Raúl Espinoza, profesor de historia y empresario de 63 años.
Espinoza dijo que apoya el nuevo texto aunque dijo que la necesidad de cambiar la Constitución fue “descubierta” por los gobernantes. “La gente quería mejores pensiones y mejor educación para los niños. “Los políticos lo quieren”.
Si bien las encuestas recientes han dado ventaja al texto para rechazarlo, el domingo reinaba incertidumbre debido al elevado número de opiniones indecisas o cambiantes.
María Cabler, una trabajadora doméstica peruana de 72 años que lleva 27 años en Chile, dijo que aún estaba indecisa aunque ya estaba en la fila para votar en un colegio electoral de la capital del país.
“No sabes por qué partido votar aquí o allá, todos dicen una cosa y luego no cumplen lo que prometen”, afirmó. “Creo que pase lo que pase, el país seguirá siendo el mismo”.
Cualquiera que sea el resultado que se imponga, el oficialismo no tendrá mucho que celebrar si el presidente Gabriel Boric gana por rechazo, y varios partidos políticos también han asegurado que no impulsarán un tercer intento constitucional.
Una semana de noticias desafortunadas para el gobierno también podría afectar los resultados.
El miércoles se anunció el arresto y encarcelamiento de dos héroes acusados en un caso de corrupción que involucra a un partido de la coalición gobernante. Al día siguiente, un hombre que anteriormente había sido indultado por el presidente fue arrestado por secuestro.
Y un tiroteo el sábado en un centro comercial en un barrio de clase media de la capital que no reportó víctimas es el último ejemplo de una de las preocupaciones más apremiantes de los chilenos: la seguridad.
– La Prensa – Venezuela –