– La Prensa – Venezuela –
Segunda Venida de Cristo o Parusía Es una idea aterradora. Pero esto no debe asustarnos, ya que estamos hablando de la finalidad de nuestra salvación.
Y ahora Cristo ¿No nos salvó? Sí, pero vendrá a establecer su reinado definitivo, cuando “Sus enemigos serán puestos bajo sus pies” (Hebreos 10, 11-14.18).
Este será nuestro momento decisivo de redención: los justos, los que buscan la realización. la voluntad de dios en esta vida, “Están escritos en el libro… Despertarán a la vida eterna… Brillarán como el esplendor del cielo… Y brillarán como las estrellas por los siglos de los siglos” (Dan. 12, 1-3 ).
Ese sería el momento anterior. “Un tiempo de angustia, cual no ha sido desde el principio del mundo” (Dan. 12, 1-3).
Esta etapa será para preparar a quienes – incluso para caminar en la voluntad de Dios – necesitan purificarse un poco más para poder. entrar al cielo. Y el llamado final a la conversión para aquellos que se encuentran en pecado y deciden –hasta el final– volver a Dios… Porque “nada inmundo entrará en la Jerusalén celestial, ni los que hacen maldad y mentira” (Apocalipsis 21, 27).
Una vez purificados pueden y entrarán al cielo. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt. 5, 8).
Por lo tanto, el sufrimiento de ayer, de hoy y del futuro, individual o grupal, de ciudad, de país, del mundo, debe ser visto -y aprovechado- como la preparación de todos los hombres para la venida final de Cristo en gloria.
Veremos “Con el Hijo del Hombre en las nubes Gran poder y majestuosidad.. Y enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde las profundidades de la tierra hasta las alturas del cielo” (Mac 13, 24-32).
Todos resucitaremos: por algo Bienaventuranza eterna en el cielo Y otros la condenación eterna en el infierno. En ese gran, inimaginable y maravilloso momento, habrá quizás el momento más espectacular e importante de toda la historia de la humanidad. “Cielos nuevos y tierra nueva” para los salvados. Será el reinado definitivo de Cristo (cf. Ap. 21 y 1 P. 3, 10-13).
isabel vidal de tenerife
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