Dios nos ha dejado algunos requisitos y muchas instrucciones.. Y Él los ha dejado con nosotros para nuestro bien individual y para el bien de todos nosotros juntos.
Pero, si analizamos la luz de dios La condición moral del mundo, podremos darnos cuenta de que hemos dejado de guardar las leyes de Dios. Y cuando incumplimos una ley, un requisito o algo el consejo de diosAlgo va mal.
Una de estas sugerencias del Señor es la de corrección fraterna que nos dice el Evangelio de San Mateo. (Mt. 18, 15-20). Este consejo aplica tanto en el plano espiritual como en las situaciones cotidianas que puedan surgir.
Jesús nos da maneras de corregirnos unos a otros: Paso uno: “Si alguno peca, amonéstalo solo”. Segundo paso: “Si no te escucha, hazlo delante de dos o tres testigos”. Tercer paso: “Si ni siquiera te escucha, díselo a la comunidad”. Paso cuatro: “Si ni siquiera la comunidad le presta atención, manténganse alejados de él”.
Si pensamos un poco, la experiencia nos muestra que cuando corregimos a otro u otros de manera diferente a este orden que el Señor nos instruye, surgen problemas, porque la persona corregida se siente injustamente atacada.
Por ejemplo, si cambiamos el orden Y hacemos primero el segundo o tercer paso, Se explica que hemos chismeado.
“¿Ahora que?”Alejate de el“? No significa despreciar a la persona, no tratarla o no saludarla. Apartar es separar el pecado del pecador. No significa aprobar su propuesta, ni su camino. Pero puede incluso malo “Sacude el polvo de tus sandalias” (Mt. 10, 14), Como también Jesús amonestó a sus discípulos cuando no fueron escuchados.
Hoy es común El miedo a lo que pueda pasar no está bien. Las cosas se dejan sin la corrección adecuada por miedo al rechazo, miedo a perder popularidad, miedo a ser etiquetados como irrelevantes o miedo al conflicto. Pero quien, por deber para con los demás, no se enmienda, corre el riesgo de ser amonestado por Dios por no cumplir con su deber. Esto es especialmente importante Los padres suelen tener miedo de corregir a sus hijos por miedo a no ser amados.
El Señor es muy estricto con quienes tienen la obligación de corregir a los demás. “Si condeno a muerte a un hombre por ser malvado, y no le advertís que se aparte de sus malos caminos, ese malvado morirá a causa de sí mismo, pero a ti te haré responsable de su vida. En cambio, si le adviertes que deje su mal camino y no lo abandona, morirá a causa de ello, pero tú salvarás su vida” (Is. 33, 7-9).
sin embargo, Los buenos resultados de la corrección no siempre dependen de nosotrosPorque a veces, incluso siguiendo los mandamientos que el Señor nos da, otros pueden rechazarlos. En cambio, cuando corregimos los buenos resultados siempre dependen de nosotros mismos. Permitir que te corrijan es una responsabilidad tan importante como corregir.
isabel vidal de tenerife
www.homilia.org