– La Prensa – Venezuela –
El 15 de noviembre de 1995 fue anunciado en París el 23 de abril por la UNESCO. Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. La fecha fue elegida para conmemorar la muerte de grandes escritores de talla mundial como William Shakespeare, Miguel de Cervantes y el Inca Garcilaso de la Vega, quien falleció el 23 de abril de 1616. Pero para nosotros en Venezuela abril es un mes. Mes muy importante y con mucho significado para él. Escritor y lectorQuienes en definitiva están asociados a esas mágicas palabras recogen en sus páginas todo un maravilloso universo de cuentos, historias y poemas, que han sido inspiración para quienes tenemos la misión de una vida hermosa. Como esta escrito.
También consta que el 23 de abril de 1936 el escritor venezolano falleció en España. teresa de la parraAutora del famoso libro Ifigenia y en este artículo quiero ir un poco más allá sobre el mes de abril y su importancia, como mes icónico de las letras, ya que es un mes donde se encuentran otros grandes valores. La narrativa venezolana Y también están relacionados con el mes de abril, pero no específicamente con el 23 de abril, ya que parece que el 9 de abril de 1969 falleció Don, el escritor más importante de Venezuela. Rómulo Gallegos Y por si fuera poco, en nuestro querido Barquisimeto, un 8 de abril de 1930, nació el poeta. rafael cadenaPremio Miguel de Cervantes 2023, honor y orgullo para todo el pueblo larense y en especial para quienes recorremos el fascinante mundo de las letras.
Aparte de esto, es un día donde es costumbre en muchas ciudades del mundo Dame un libro Ser el día del libro y regalar una rosa Y aquí entra la descripción de una preciosa leyenda, nacida entre los siglos I y II, en Beirut (Líbano). La leyenda de San Jorge y el Dragón, el soldado romano que nació en Capadocia y que protagonizó la llamada Leyenda Dorada, quien, según la leyenda, libró a la población de Silka del terrible tormento causado por un horrible monstruo, diciendo que era un dragón el que vivía en un río, donde los habitantes si le proporcionaban agua quiere, pero tuvo que alimentar a algunos animales hasta que esas necesidades empezaron a ser insuficientes y empezó a rogarle a la gente que le trajera comida. Hasta que un día el dragón raptó a la princesa, hija del rey del lugar, para devorarla y San Jorge pasó con el ejército romano, enterándose entonces de la terrible situación y el sufrimiento entre los habitantes, se ofreció a luchar contra el dragón. . , pedirlo, ayuda de dios Y así derrotó al dragón con su espada y pudo liberar a la princesa y al pueblo de ese sufrimiento y de la sangre del dragón floreció un enorme rosal de rosas rojas y San Jorge le regaló una rosa a la princesa. que salvó. Pero este soldado, el 23 de abril del año 303, fue martirizado por el emperador romano, Diocleciano, quien ordenó su decapitación por negarse a adorar a dioses paganos. Creía en Dios y era un cristiano ferviente.San Jorge fue decapitado en Nicomedia.
lo que mes de abril Va a ser un mes realmente importante para los escritores y el mundo de las letras, cuya inspiración queda plasmada en un libro, de donde viene el poder superior llamado inspiración y nos inspira a escribir, poco lo sabemos, porque siempre es un momento. . Donde fragmentos de oraciones encadenadas eventualmente quedan atrapadas en un escrito y ciertamente en las páginas de un libro. Hoy en día gracias a la tecnología muchos de ellos son digitales, por lo que los autores nos cuentan información maravillosa, y finalmente el lector es parte de ello, quien queda atrapado por unos instantes en las palabras mágicas de un libro, donde esas palabras de alguna manera existen. En su alma, como parte del universo, cuando letras y palabras se unen armoniosamente, el lector es un compañero silencioso del tiempo que tuvo inicialmente el autor cuando captó su obra y así finalmente la comparte. Nacido de su inspiración. Un libro es y siempre será una aventura de vida.Se llama libro a un libro en el que el lector recorrerá el fascinante camino que inspiró la imaginación del autor y que plasmó entre líneas.
Astrid Liscano de Raad
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