“No te metas con ellos, son santos” De allí surgió el nombre de la terrible organización opresiva del régimen dictatorial del General Juan Vicente Gómezque se identifican más tarde “santo” Y ellos eran los guardianes Un presidente brillante.
Este servicio privado de inteligencia se caracterizó por la aplicación de una fuerte y feroz represión a la disidencia, pero observó con frenético escrutinio cada movimiento de los acólitos del régimen para imponerla.Unión, Paz y Trabajo“, de los que tanto se jactaba Gómez. Eran esencialmente funcionarios intocables.
En principio, todos procedían de la misma localidad: Capacho, estado Táchira, donde el entonces presidente Cipriano Castro reclutó a un importante número de hombres como parte de su guardia personal, según se informó. Desafío de historia 57 de su revista.
Esta publicación ilustra que el sello distintivo de la nueva guardia presidencial será la lealtad incondicional al jefe de la causa. Sin embargo, con la ruptura entre el presidente Castro y su socio Gómez, este último se convirtió en el protector de los Tachiren que técnicamente ya estaban desplazados del régimen de Cabito.
Se salvaron algunos oficiales y soldados que luego recurrieron a Gómez en busca de ayuda para sobrevivir. Aparentemente, estos serían los hombres que Benemerito luego usaría para formar su policía Privenza, en referencia a Desafío de historia.
Según la historiadora Inés Quintero, era común que muchos caudillos venezolanos se rodearan de estos grupos de “fidelidades caninas”, como lo hizo José Tadeo Monagas cuando llevó a Caracas a su equipo Oriental, Juan Crisóstomo Falcón. Su grupo fue identificado como “Cabezon Corianos” y Francisco Linares Alcantara como “Mojos Araguaños”.
Seleccionado por Tarazona
para 1905Cuando Gómez, quien fuera vicepresidente de la República, empezaba a ingeniar cómo mantenerse en el poder, recibió un informe de su teniente coronel Eloy Tarazona, en el que explicaba que los caraqueños negaban la presencia de los andinos. En el poder: “Somos rechazados en la calle y hasta somos objeto de burla”, dijo ‘El Indio’ Tarazona.
Gómez, en pésimas circunstancias y con el objetivo de reforzar su poder frente a Cabito, asignó a Tarazona “Contratar gente de confianza”, por lo cual el indio abordó un vapor de La Guaira a Curaçao y de allí a Maracaibo, de donde abordó otro navío en Encontrado en el río Catatumbo que lo llevaría al Táchira.
Desde San Antonio y los pueblos de Capacho, Pregnero, La Grita y El Zumbado, Tarazona buscaría candidatos para la nueva guardia, seleccionando a los mejores cien hombres, a quienes transportaría a Caracas por barco y ferrocarril. También trajo caballos, rifles nuevos y mucha munición.
Ellos sembrarán las semillas del terror
Buenas noches, el silencio nocturno es perturbado por los cascos de los enérgicos caballos de las nuevas patrullas montadas que marchan por las parroquias de San Juan y San José.
Vestidos con trajes Liquiliqui y armados con rifles Mauser, revólveres .38 y cuchillos afilados, los hombres tenían un aspecto amenazador. Limpian las calles de borrachos, mendigos y prostitutas, que son sometidos a la más violenta represión. En los años siguientes crecieron de 100 a más de 300.
La fama de La Sagrada terminaría el 28 de octubre, onomástica de San Simeón, cuando un grupo de alborotadores en la esquina de Capuchinos se burló descaradamente del presidente de Benamerito y su gabinete, La Sagrada apareció de la nada para “repartir planzos y rolazos” con violenta represión con violando cepos y seis en La Rotonda Meses de cautiverio Nunca se sabe con certeza el saldo de fusilados y desaparecidos por La Sagrada durante el reinado de Gómez, pero se sabe que fueron cientos.
ellos no hablan Un interesante artículo titulado “santo” El primer cuerpo policial conocido en la historia de VenezuelaInsertado en el sitio web venezuela inmortalpodemos leer que el cineasta español Juan Martínez describió a Pojueta, La Sagrada: “Era un cuerpo muy disciplinado, se podría decir que eran mudos, porque nunca hablan, montan caballos de muy baja estatura, cascos o sin cap., eran como si anduvieran por la calle y nadie sabía que detrás de uno había un ejército de santos, eran infieles, cuidadosos en todo, usaban un rifle recortado llamado mosquetón y siempre lo llevaban encima ceñidos a la cintura, en un apuro giraban las manos, sin mover la brida del caballo, estaban listos para disparar. Increíble precisión. (…) Eran tan incrédulos que hasta tenían al caballo en una mano para beber, y el mosquete en el otro, para disparar. estaban listos (…) usaban lickiliquis, siempre llevaban una cartuchera de lona. montones de cartuchos (…) eran muy efectivos en sus ataques, muy silenciosos, poco educados , muy violenta y hasta las usaban para dormir. No se quitaba el sombrero”.
Luis Alberto Perozzo Pádua
Periodista y cultura
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