El Papa Francisco concluyó hoy la primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada desde la pandemia, que reunió a más de un millón y medio de jóvenes católicos de todo el mundo en un evento marcado por la ilusión, la alegría y el compromiso social.
Durante su estancia en Lisboa, el Papa mantuvo varios encuentros con las autoridades políticas y religiosas del país, así como con representantes de otras religiones. También visitó algunos lugares emblemáticos de la historia y espiritualidad portuguesa, como el Monasterio de los Jerónimos, el Santuario de Fátima o la Capilla de las Apariciones.
– La Prensa – Venezuela –
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el Papa se reunió con un grupo de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, a quienes les pidió disculpas y les aseguró que la Iglesia está comprometida con la prevención y la justicia.
La JMJ de Lisboa superó las expectativas iniciales tanto en organización como en participación. El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, calificó el evento como “nunca antes visto” y agradeció la visita del Papa.
El pontífice presidió la misa de clausura en el parque Tejo, donde los fieles pasaron la noche en una vigilia llena de testimonios, música y oración. Allí, el Papa les animó a ser “héroes del cambio” ya no dejarse “estetizar” por el consumismo, el individualismo o el relativismo.
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Los invitó a ser “puentes” entre las diferentes culturas y religiones, ya acoger a los más necesitados, especialmente a los inmigrantes y refugiados. “No tengáis miedo de abrir la puerta de vuestra vida a Cristo, que os llama a ser su amigo”, les dijo.
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