Escrito por: Violeta Villar Lista | www.lawebdelasalud.com
La Dra. María G. Aramburu de la Guardia, panameña, pediatra, Directora Médica de Educación del Lehigh Valley Riley Children’s Hospital, USA, disertó en el 51° Congreso Nacional de Pediatría organizado por la Sociedad Panameña de Pediatría
– La Prensa – Venezuela –
Un dolor de estómago recurrente, un dolor de cabeza inexplicable o una tristeza persistente son señales que deben alertar Pediatra Comportamiento de riesgo de los adolescentes.
“Ella Pediatra Puede ser el primer punto de contacto para identificar problemas físicos que luego se manifiesten en la salud mental. Tiene que estar en el diagnóstico y luego depende si continúa el caso o lo maneja un psiquiatra”, explica Dr. Mary G. Aramburu de la Guardia, Panameño, Pediatra, Director Médico educación de Departamento de Medicina del Adolescente de Hospital infantil Lehigh Valley Riley de America.
compuesto de universidad autonoma de guadalajara (Doctor en Medicina, 2005) y con Maestría salud pública de Universidad George Washington (2018), participó recientemente como invitado 51 Congreso Nacional de Pediatría, Organizado por Sociedad Panameña de Pediatría (spp).
– La Prensa – Venezuela –

Experto aborda la prevención del suicidio: intervenciones de salud pública versus clínicas.
Durante 10 años ha estado trabajando en investigación y divulgación con comunidades rurales en el área de Washington DC.
Sus últimos proyectos se han centrado en el impacto del trauma en la salud mental de los adolescentes inmigrantes y la creación de clínicas integradas de salud mental en entornos comunitarios.
La falta de psiquiatras para atender la complejidad del paciente pediátrico (considerado hasta los 21 años en EE.UU.) llevó al Dr. Aramburu de la Guardia a formarse en este manejo clínico.
La depresión, la ansiedad, el estrés postraumático o los trastornos alimentarios son áreas en las que los pediatras pueden abordar esta “emergencia de salud pública”, que es la segunda causa de muerte entre los niños menores de 17 años en los Estados Unidos y la primera causa de muerte en este campo. Los estudiantes de 10 a 14 años, incluso “superan el número de muertos en accidentes de tráfico”.
En Panamá, explicó, hay un promedio de 120 suicidios al año entre la población en general, unos 2 por semana.
Es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.
La doctora Marvis Coro, presidenta de la Sociedad Panameña de Pediatría (SPP) y presentadora del evento, señaló que el suicidio ya es un problema que agudiza la epidemia.
“Padres en casa, maestros en la escuela y pediatras, podemos alertar cuando veamos los síntomas”, dijo.
En Panamá se considera hasta los 17 años y 11 meses que un adolescente debe consultar al pediatra.
“Como país se lo debemos a los adolescentes: son la franja etaria olvidada. Como hay pocos pediatras, a los siete años ya van al médico de cabecera, que es un excelente especialista, pero también podemos atenderlos y apoyarlos en temas como la sexualidad o los trastornos alimentarios”, comenta el Dr. Karo.
La salud mental de los adolescentes es un problema de todos
En 2019, la Academia Estadounidense de Pediatría (APP) creó el documento Achieving Pediatric Mental Health Competency, que establece que “los trastornos de salud mental afectan a 1 de cada 5 niños; sin embargo, la mayoría de los niños no reciben los servicios adecuados, lo que sí hacen los adultos”. resultados adversos. Los pediatras deben desempeñar un papel más importante en el tratamiento de los problemas de salud mental para satisfacer las necesidades de los niños”.
La AAP recomienda asociarse con familias, jóvenes y otros expertos para “identificar brechas en los servicios de salud mental clave en sus comunidades y colaborar para abordar estas brechas”, así como la certificación y otras estrategias que respalden las intervenciones de salud mental, priorizando la prevención del suicidio.
La Dra. María G. Aramburu de la Guardia señala que el drama del suicidio adolescente debe involucrar a todos los actores de la sociedad.
En cuanto a los profesionales de la salud, “no son solo los psiquiatras”. El problema también exige que los estados, los sistemas de salud, los empleadores (para reducir el estigma), las comunidades (con programas educativos para padres), las escuelas (para enseñar a prevenir), los medios de comunicación y las personas reconozcan las señales de advertencia.
Citó el ejemplo de un programa exitoso de prevención del suicidio, iniciado por el Dr. Hatim Omar, profesor y presidente del Departamento de Medicina Adolescente de la Universidad de Kentucky.
Es el creador de la Conferencia Stop Youth Suicide (SYS), cuyo objetivo es prevenir y educar a las comunidades sobre el suicidio juvenil en el estado de Kentucky.
El Dr. Aramburu destacó que esta intervención fue a largo plazo, involucrando a padres, escuelas, medios e instituciones, lo que resultó en una reducción del 40% en las tasas de suicidio en el estado.
“Adentro Panamá Hay fundaciones que trabajan en esto y se hacen foros para concienciar, pero esto requiere unir esfuerzos. Ministerio de Salud (MINSA), educar a expertos, padres de familia, escuelas y población así como hablar con los adolescentes, reconocer sus vulnerabilidades y estar con ellos”.
“A veces la gente piensa que si hablo suicidio Les voy a dar ideas, pero esas ideas ya están en las redes sociales. Es bueno que hablemos con ellos y si están tristes, demostrarles que hay ayuda y que muchas personas están pasando por situaciones similares”.
Recordó a un joven que había sido su paciente y le contó cómo había intentado acabar con su vida a los 17 años.
Afortunadamente fracasó en el intento: “Me dijo: tengo 20 años y amo mi vida”.
Comprender las razones y actuar.
El experto argumentó que lo más difícil del suicidio es no saber por qué el joven eligió morir.
“En ningún caso se puede encontrar una única causa de suicidio. Generalmente, es una combinación de factores que llevan a la persona a no encontrar una solución a su problema y cree que ese es el camino.
Hay varios estados de ánimo que se traducen en frases clave a tener en cuenta para la prevención:
- La persona no ve la luz al final del túnel o la salida
- No puede dormir, comer o trabajar
- No puedo salir de la depresión.
- No puede quitarse la tristeza que siente y no ve posibilidad de cambio
- No siente que valga la pena y se siente agobiado.
- Sientes que la situación está fuera de tu control
Recuerde que estas expresiones deben entenderse como alertas rojas y actuar en consecuencia.
Por otro lado, no siempre se trata de depresión. En algunos casos, se trata de personas con trastorno bipolar o esquizofrenia, cuyo riesgo de suicidio puede reducirse si se tratan.
Otros factores de riesgo con o sin diagnóstico de salud mental se asociaron mayoritariamente a problemas de pareja (42%), consumo de sustancias (28%), problemas de salud (22%) o problemas laborales y económicos (16%).
Crisis en el mismo día
Los casos más alarmantes de suicidio ocurren cuando no hay antecedentes de salud mental y ocurren como “ataques del mismo día”.
El doctor Aramburu describió que el bullying es uno de los detonantes más alarmantes y a diario se ven casos de jóvenes que deciden acabar con su vida por el constante acoso de sus compañeros.
“Escuchar, estar presente y conectar con los jóvenes es lo más importante porque muchas veces no expresan lo que les pasa”.
Este acoso también se traslada en forma de redes sociales Acoso cibernético.
Una crisis del mismo día también puede ocurrir cuando una relación se rompe y no hay suficiente control de las emociones.
Los expertos insisten en que los padres hablen con sus hijos sobre el suicidio y no lo traten como un tema tabú.
“Hablar sobre el suicidio no hace que alguien sea más propenso a suicidarse, pero puede prevenirlo”.
Frases para decir: Hay frases que pueden prevenir los intentos de suicidio al conectar con un profesional: “Gracias por compartir conmigo. Es bueno que me lo hayas dicho, quiero ayudarte”, “Me alegro de que hayas venido a mí”. .” abierto, voy a buscar a alguien que pueda ayudarte”; “Me quedaré contigo hasta que llegue la ayuda” Fuente: Prevención del Suicidio: Intervenciones de Salud Pública vs. Clínicas, por la Dra. María G. Aramburu de la Guardia ,
que no decir: Lo superas, cómo puedes ser tan egoísta, solo estás tratando de llamar la atención, ¡estás usando esa excusa para manipular o superarlo!
Qué no hacer: No se puede negociar sin pedir ayuda; Evita amenazas como: Si prometes no lastimarte, no te llevaré al hospital; No dejes sola a la persona, mantente alerta y evita que acerque cualquier medio para acabar con su vida.
Soluciones de salud pública
Una intervención desde la salud pública considera estrategias específicas:
- identificar el problema
- Identificar factores de riesgo
- Desarrollar intervenciones y probar su eficacia.
- Implementación de intervenciones en comunidades diversas
- Evaluar la efectividad de esta acción.
Estas intervenciones van desde preguntarles cómo se sienten hasta alejarlos de posibles métodos suicidas, estar con ellos y escucharlos, y conectarlos con un profesional.
Para los pediatras, los expertos recomiendan los siguientes pasos para identificar las señales de advertencia:
Haz preguntas simples como:
- ¿Qué haces para divertirte, qué te gusta hacer?
- Di algo bueno sobre ti
- Que quieres ser cuando seas grande?
- Si tuviera que dividir la semana pasada en momentos felices e infelices, ¿qué vería?
Reitera que Pediatra En los pacientes de alto riesgo no pueden estar solos, de ahí la importancia de establecer la colaboración con otros profesionales.
Aumentar el conocimiento en la población, disipar y desmentir mitos, identificar signos de alarma y factores de riesgo, así como promover la educación para todos sobre el suicidio, herramienta de estrategia de salud pública que ayudará a prevenir esta muerte temprana, es un aliado indiscutible del pediatra.
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