– La Prensa – Venezuela –
El 27 de junio de 1870 Guzmán Blanco dictó el decreto que establece el carácter obligatorio y gratuito de la educación primaria, lo cual se explica bajo el subtítulo en la presentación del Ministro Martín J. Sanavria.educacion popular”Hubo intentos oficiales anteriores, por supuesto, como deja constancia Fernández Herres en su gran obra Cien años de recuerdos Desde la década de 1830, pero la poderosa fuerza de ese acto de gobierno estableció un propósito y puso en marcha un aparato estatal entonces incierto, incomparable a lo que desarrollaríamos, que es difícil de reconocer en el cambio, sin pasar por alto sus defectos. Después de su declive en las últimas dos décadas.
Sanavria señaló luego que “…el Estado debe, directa o indirectamente, proporcionar instrucción básica a todos sus miembros, como el medio más eficaz para moralizar las costumbres, promover la riqueza y construir conciencia”. Se dio a conocer la orientación y contenidos del decreto la factura Una comisión ministerial nombrada en 1868 preparada para “organizar bases de instrucción pública” no fue aprobada en el Congreso, dada la convulsa situación política que culminaría con la “Revolución de Abril”. Estaba integrado por Francisco Castro, Diego Bautista Barrios, Elías Michelena, Gerónimo Blanco, Ramón Feo, Arístides Rojas, Nicanor Rivero y Agustín Aveledo.
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Ese fuerte impulso primario tendrá sus altibajos, pero no se detendrá, y podemos destacar hitos importantes a lo largo de su curso. asignar importancia educación A partir de 1936 con los gobiernos del Trienio López, Medina y Adeco, así como cuantitativa y cualitativamente, el esfuerzo educativo democrático en los cuarenta años comprendidos entre 1958 y 1998 no tiene parangón, con destacados ministros cuyas dos terminaciones son simultáneamente andinas, desde Rafael Pisani de Toronto a Mérida a Antonio Luis Cárdenas Colmentar de Escuque.
Ciento cincuenta y cuatro años después del decreto que puso fin a la cohesión social, aunque el concepto no se utilizó, es imposible no mirar con preocupación el estado de nuestra sociedad. educación universal.
La falta de datos oficiales que tenemos desde 2016 hasta ahora dificulta ese análisis. Desde entonces se ha demostrado que no se presentó. Memoria y cuenta Ministerio de Según ENCOVI al 2023, la mitad de los niños que cubre están fuera de la educación primaria. Y tenga en cuenta que casi cinco de once millones de niños y jóvenes en edad escolar estarán afuera. La estimación más conservadora es la de la Facultad de Educación de la UCAB, que calcula tres millones. Cualquiera que sea el número, indica una cobertura muy por debajo del requisito. Y los que se quedan, apenas tienen clases dos o tres días a la semana, al menos, en escuelas cuyas instalaciones casi siempre se encuentran en malas condiciones. Oficialmente, al inicio del año escolar se decía que se habían reparado cinco mil escuelas, un total que no se conoce con precisión, pero que se estima equivale a una de cada cinco escuelas.
Nuestros salarios docentes se encuentran entre los más bajos de América Latina, incluidos Haití y Cuba. Ganan menos que ellos Educación privada. Los sindicatos dicen que el número de docentes se ha reducido en una cuarta parte. A lo largo de los años, no se ha implementado la prueba de calidad de la educación brindada.
Si esos son problemas estructurales Sistema educativoSi sumamos los datos sociales venezolanos actuales de niños pobres, desnutridos y mal atendidos por el sistema público de salud, entenderemos que la desigualdad es pronunciada y proyectada a las generaciones futuras. Un desafío nacional que no puede subestimarse, por lo que es tan urgente abordarlo con decisión.
Alianza para la Educación El que propone Fe y Alegría es fundamental si realmente queremos un futuro mejor para nuestros niños y jóvenes, es decir, para nuestro país. Todo indica que esta iniciativa será compatible con la educación pública de Venezuela, una escuela y bachillerato en La Victoria y una universidad como la Edmundo González Urrutia en la UCV de Caracas. Ayudemos todos.
Ramón Guillermo Aveledo
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